mano mala hay Súper Mario Draghi. El coro de pesimistas que consideran que el default del euro está cerca crece día a día y esto solo puede abrir los ojos a quienes -como muchas de las fuerzas políticas y sociales- aún no se han dado cuenta de que estamos en guerra, una guerra que no se libra con cañones y tanques, pero que puede ser incluso más sangrienta que las tradicionales: es la guerra por la salvación o el colapso del euro. Y estamos en el último recurso para evitar el colapso final del euro, cuyo destino se decidirá en unos pocos días y seguramente antes de Navidad.
Hoy los mensajes de la Banco de Inglaterra, cuyo gobernador, Mervin King, ha declarado claramente que el banco central británico se está preparando para hacer frente a la no remota eventualidad de la quiebra del euro. Después de los grandes bancos americanos y asiáticos, hoy Goldman Sachs también se ha pronunciado negro sobre el futuro del euro y muy oscuro sobre el de la economía italiana, cuya recesión corre el riesgo de ser mucho peor que la del resto de Europa.
El presidente del BCE no oculta toda su preocupación e insta a los gobiernos de la Eurozona y de la propia Europa a hacer su parte hasta el final con una nueva política presupuestaria más severa que recuperará la confianza de los mercados. “el BCE – asegura Draghi – es el baluarte del euroy a quienes le instan a hacer más, responde recordando que “el BCE sólo puede actuar en cumplimiento de los Tratados”. Pero luego comenta advirtiendo que “los Tratados pueden cambiar”.
Salvar el euro es difícil, pero SuperMario está ahí. Ahora es el turno del otro SuperMario, el del Palazzo Chigi.
