Después de las malas noticias sobre inflación e ocupación, por fin unos números positivos para Estados Unidos. En julio, el superíndice económico registró el tercer aumento mensual consecutivo, al crecer un 0,5%. Es una pena que el aumento no sea suficiente para dar esperanzas a una recuperación que parece cada día más lejana.
"El crecimiento del superíndice en los últimos meses ha sido modesto, especialmente si se miran los componentes no financieros", comentó Ken Glodstein, economista del Conference Board, el grupo de investigadores que elabora los datos. Seis de los diez elementos sobre los que se construye el superíndice mejoraron el mes pasado.
El crecimiento más significativo se registró en la oferta monetaria y el diferencial de tipos de interés. El peor indicador fue el de las entregas de los proveedores.