Estados Unidos está en peligro de ser degradado. La advertencia proviene de la agencia de calificación Fitch, que amenaza con rebajar la calificación de EE.UU. si demócratas y republicanos no llegan a un acuerdo in extremis para elevar el umbral máximo de la deuda pública. A falta de acuerdo, a partir de mañana el país no podrá emitir nueva deuda para honrar compromisos con acreedores.
Las negociaciones no concluyentes entre la Cámara y el Senado, escribió Fitch, "corren el riesgo de socavar la confianza en el papel del dólar estadounidense como moneda de reserva preferida". Poco después llegó la reacción del Departamento del Tesoro estadounidense, que aprovechó para presionar a los parlamentarios: la advertencia de Fitch "refleja la urgencia con la que el Congreso debe actuar para eliminar el riesgo de default que pesa sobre la 'economía'".
En cualquier caso, la agencia de calificación, al igual que los mercados, sostiene que la perspectiva más probable es la de un acuerdo in extremis. “Aunque Fitch sigue creyendo que el techo de la deuda se elevará pronto -se lee en una nota-, el enfoque arriesgado de la política y la reducida flexibilidad financiera podrían aumentar el riesgo de un default de Estados Unidos”.
Fitch es la única de las tres principales agencias que tiene una perspectiva negativa sobre la calificación soberana de EE. UU. Standard & Poor's rebajó la calificación crediticia a AA-plus, con perspectiva estable, durante el último estancamiento del techo de deuda, en agosto de 2011. Moody's, sin embargo, califica la calificación crediticia en AAA y perspectiva estable.