La liberalización de la red de combustibles "sólo tendría costes y ningún beneficio". De hecho, sería una "expropiación real de los activos productivos". La Unione Petrolifera también sale al campo contra las medidas que el Gobierno intenta desarrollar en el capítulo de la liberalización. Y lo hace por boca de su presidente, Pasquale De Vita. En lo que al sector petrolero se refiere, el suyo es un rechazo en términos muy claros.
"Además de preocupantes", además de la crisis que atraviesa el sector del refino, "estas hipotéticas medidas de liberalización de la red de combustibles que debería poner en marcha en los próximos días el Gobierno", escribe De Vita a los diputados de la comisión de Actividades Productivas de la Cámara en un documento presentado como parte de la investigación sobre la crisis de la refinación en Italia.
“Si estas medidas se confirmaran en los documentos reglamentarios –prosigue–, la consecuencia inmediata sería una aceleración del proceso de desvinculación no solo de la distribución, sino también del refino, por parte de varios operadores. La idea de proceder a una especie de venta forzosa de las plantas y la eliminación de los derechos de exclusividad sobre las plantas propiedad de las empresas parece completamente injustificada tanto desde el punto de vista legal como económico”. En definitiva, “estaríamos ante una expropiación real de los activos productivos, lo que supondría un unicum entre las economías occidentales”, acusa el presidente del gremio petrolero.
Y eso no es todo: “La pérdida de exclusividad no permitiría que la propiedad remunere las inversiones presentes y futuras, ni la sostenibilidad de los costos operativos. Una liberalización que solo tendría costos y ningún beneficio”.
Entonces, ¿cuáles son los caminos a seguir? De Vita formula una serie de propuestas: 1) para facilitar la flexibilidad de producción de las plantas a convertir; 2) prever procedimientos armonizados para la transformación de refinerías; 3) condiciones sobre el control de la legislación tributaria similares a las presentes en el resto de Europa; 4) eliminar o simplificar los mecanismos de control de la tasa Robin; 5) bloquear cualquier aumento adicional en el uso de biocombustibles previsto a nivel comunitario; 6) una fuerte actuación en las mesas comunitarias para evitar elementos de penalización de la competitividad de la industria de refino; 7) medidas destinadas a reequilibrar las ventajas competitivas de las refinerías de Asia y Oriente Medio.
