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Hungría, Orbán aprueba la "ley de la esclavitud". Esto es lo que predice

En Hungría se aprobaron en pocas semanas dos reformas que socavan el Estado de derecho - Europa calla, pero los ciudadanos salen a la calle contra la "ley de la esclavitud" que aumenta de 250 a 400 las horas extraordinarias anuales y retrasa el pago a los empleados

Hungría, Orbán aprueba la "ley de la esclavitud". Esto es lo que predice

Viktor Orbán sigue su camino, independientemente de Europa, sino también de las normas normales que deberían ser la base de un estado de derecho. En este contexto, Bruselas responde con un silencio ensordecedor, prefiriendo cerrar los ojos a lo que sucede en Hungría para evitar problemas (económicos y sociales) que también podrían afectar a los demás estados de la Unión.

En poco más de dos semanas, el partido conservador nacional, Fidesz, aprobó dos reformas que han desatado protestas callejeras en todo el país. Primero el del sistema judicial, que pone los Tribunales en manos del poder ejecutivo, luego el del trabajo que aumenta de 250 a 400 las horas extras que las empresas pueden solicitar a los empleados, extendiendo hasta el infinito los tiempos de pago.

Decisiones ante las que los húngaros, el domingo 16 de diciembre, decidieron salir a la calle por cuarta vez en pocas semanas. El lema de la manifestación es "Feliz Navidad, Primer Ministro", frase que retoma las palabras utilizadas por el propio Orbán durante el debate parlamentario sobre la nueva legislación laboral, definida por los sindicatos "ley de la esclavitud".

¿Qué prevé? El número máximo de horas extraordinarias permitidas pasa de 250 a 400 horas al año, los tiempos de pago de las mismas se triplican y la negociación puede realizarse directamente entre empleados y empresas, sin negociación con los sindicatos. Las consecuencias de esta ley ya están a la vista de todos: es difícil pensar que un empleado pueda negarse a trabajar horas extras, temiendo repercusiones desde el punto de vista laboral. Por tanto, en consecuencia, cada trabajador tendrá que trabajar también los sábados o, en su defecto, aumentar la jornada laboral a 10 horas diarias de lunes a viernes.

Las protestas, como se mencionó, no se limitan a la nueva ley laboral, sino también a la decisión del Primer Ministro de crear un sistema paralelo de tribunales administrativos reportando directamente al Ministro de Justicia. Estos tribunales conocerán, entre otras cosas, de temas como la ley electoral, la corrupción y el derecho de manifestación.

Las manifestaciones tuvieron lugar principalmente en la capital, Budapest, pero también involucraron a otras ciudades. La afición de Orbán no parece demasiado preocupada por el momento. Gergely Gulyás, jefe de gabinete de Orbán, afirmó que las protestas habían sido organizadas por "fieles" de Soros que "odian abiertamente a los cristianos".

En este contexto,, Europa sigue al acecho, privilegiando el "realismo político" por encima de los derechos. Las relaciones económicas existentes entre los países de Visegrad y la UE, especialmente Alemania, parecen más importantes que cualquier "ley".

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