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UE: cumbre en Roma sobre inmigrantes y terrorismo

Alrededor de la mesa los Ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Luxemburgo e Italia – Tres temas sobre la mesa: inmigración, crisis económica y terrorismo – De fondo el proyecto de una Europa a dos velocidades.

UE: cumbre en Roma sobre inmigrantes y terrorismo

Los ministros de Relaciones Exteriores de los seis países fundadores de la Unión Europea se reúnen hoy para discutir las "direcciones futuras" de un continente en medio de una profunda inestabilidad. Tres temas fundamentales se abordarán durante la reunión de la tarde en Villa Madama: las intervenciones económicas, la amenaza terrorista y el destino del tratado de Schenghen.

Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Luxemburgo e Italia, según ha declarado la Farnesina, iniciarán una reflexión para identificar el camino para relanzar el trabajo de la UE y avanzar hacia una mayor integración.

Poner de acuerdo a veintiocho países no será tarea fácil, por eso es importante que los estados fundadores formen un bloque común para hacer frente a la crisis migratoria, el terrorismo a las puertas y la debilidad económica de Europa.

El objetivo es preparar una reforma para marzo de 2017, mes en el que se celebrará el 60 aniversario del Tratado de Roma, el acta de nacimiento de Europa. Será en esa ocasión que el Gobierno italiano presentará las propuestas de modificación de los tratados resultantes de las discusiones entre los distintos países que se abrirán hoy en Villa Madama.

La Unión debe cambiar y uno de los caminos a seguir podría ser crear una Europa de dos velocidades. En la base están los países que han adoptado la moneda única, símbolo de una colaboración más completa entre estados.

El primer ministro Matteo Renzi también intervino sobre el tema, afirmando en términos muy claros: "Europa está llamada a cambiar su estrategia, de lo contrario, se acabó". Un cambio que debe apuntar a relanzar el viejo continente y su economía. Entre las propuestas presentadas por Matteo Renzi, se puede leer claramente la necesidad de fomentar el crecimiento general y una reducción significativa de la burocracia por parte de la Unión Europea. Pero incluso la supervivencia del tratado de Schengen asume una importancia capital, su suspensión socava profundamente la identidad de Europa, un peligro que, según el primer ministro, "no podemos permitirnos". 

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