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UE, Draghi: para la unión política, los países deben ceder soberanía sobre las reformas

Según el presidente del BCE, "hasta ahora la implementación de reformas estructurales ha sido en gran medida una prerrogativa nacional, pero en una Unión como la nuestra es claramente una cuestión de interés común".

UE, Draghi: para la unión política, los países deben ceder soberanía sobre las reformas

Para seguir avanzando en la unión económica y monetaria, es necesario continuar y acelerar el camino hacia una verdadera unión política. Cuál es la primera condición para asegurar la estabilidad y la prosperidad en todos los estados miembros de la propia UE y, en última instancia, para dar un futuro a Europa. Este es, en pocas palabras, el mensaje que Mario Draghi dirige esencialmente (aunque no de forma explícita) a los gobiernos y parlamentos de los países de la Eurozona. Un mensaje, tranquilo en la forma pero preocupado en el fondo, que ilustra con claridad de razonamiento las razones por las que las reformas estructurales son imprescindibles, en un contexto europeo de integración política e institucional reforzada, para la recuperación de la economía y el crecimiento del empleo en los 19 estados que han adoptado el euro (ninguno excluido, aunque unos marchan más rápido y otros se retrasan).

El mensaje del presidente del Banco Central Europeo toma la forma de un discurso escrito para "Project Syndicate", una agencia estadounidense que distribuye artículos escritos por muchas de las principales personalidades del mundo en los campos de la economía, las finanzas, la política, el desarrollo de los derechos humanos. . Y se publica al mismo tiempo que una larga entrevista concedida por Draghi al diario económico-financiero alemán "Handelsblatt".

El testimonio confirma la atención constante del presidente del BCE a una recuperación económica y del empleo aún débil y, por tanto, lenta para asumir el carácter de estabilidad. Una situación que obliga a Draghi, como un médico al lado de la cama de un enfermo grave, a reiterar que Fráncfort cuenta con las herramientas necesarias para intervenir en un momento de recesión, que aún no ha pasado, especialmente en algunos estados miembros de la Eurozona ( entre ellos está Italia), desafortunadamente debe virar hacia la tan temida deflación.

Sin embargo, la preocupación de Draghi no se presenta como una "alerta roja". Su discurso para "Project Syndicate" subraya en efecto que la unión económica y monetaria, aunque todavía incompleta, sigue asegurando un buen nivel de estabilidad a los países que la integran precisamente "gracias al considerable grado de integración alcanzado por los países de la Unión Europea, profundizada aún más al compartir una moneda única”.

Pero, ¿qué significa “completar” una unión monetaria? “Significa principalmente –aclara Draghi– crear las condiciones para que los países alcancen una mayor estabilidad y prosperidad al pasar a formar parte de ellos. Deben estar en mejores condiciones adhiriéndose a ella que manteniéndose al margen”.

Entre estos supuestos sigue faltando la Eurozona, donde, además, existe una "fuerte identidad común" entre los países miembros, el pegamento para "transferencias presupuestarias permanentes entre regiones más ricas y más pobres". Pega que en la eurozona sólo tiene una pálida imitación representada por la política de cohesión. “Por lo tanto, necesitamos, subraya Draghi, un enfoque diferente para garantizar que cada país esté mejor dentro de la zona del euro de forma permanente”.

De ahí la necesidad de adoptar "reformas estructurales que estimulen la competencia, reduzcan la carga superflua de la burocracia y hagan más adaptables los mercados laborales". Unas reformas cuya puesta en marcha, aclara el presidente del BCE, “hasta ahora ha sido en gran medida una prerrogativa nacional, pero en una Unión como la nuestra es claramente una cuestión de interés común”.

Y así ha llegado el momento del siguiente paso, dice Draghi. En primer lugar, para conjurar "el espectro de una salida cuyas consecuencias terminarían sufriendo todos los miembros". Además, se vuelve cada vez más "fundamental mejorar la distribución del riesgo" para "repartir el costo de los choques", en la medida de lo posible, entre todos los estados miembros de la Eurozona. Y es igualmente necesario que "las políticas presupuestarias nacionales sean capaces de desempeñar su papel estabilizador".

En definitiva, concluye el presidente del BCE, la convergencia económica entre países “debe ser una condición a cumplir de forma duradera”. Y por tanto “para completar la unión monetaria será necesario, en definitiva, seguir reforzando la unión política, definiendo sus derechos y deberes en un marco institucional renovado”.

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