Covid ha puesto de rodillas al turismo, en Italia y en todo el mundo. Pero exactamente, ¿en qué medida? Para cuantificar los daños causados por los distintos confinamientos, el cierre de fronteras y la paralización de los vuelos aéreos, está la OMT, la Organización Mundial del Turismo, y la respuesta no deja lugar a malentendidos: la pandemia ha resultado en pérdidas de 320 mil millones de dólares para el turismo global entre enero y mayo, respecto al mismo periodo de 2019, año en el que, entre otras cosas, el comportamiento del sector había sido especialmente brillante.
Aunque las restricciones de viaje se están suavizando, los turistas siguen siendo escasos. Solo en los primeros 5 meses de 2020 el número de viajeros internacionales cayó 56% (unos 300 millones de turistas menos que en el mismo periodo de 2019). En particular, las llegadas en marzo disminuyeron considerablemente, tras el inicio de la pandemia y el bloqueo impuesto por países individuales para frenar el contagio.
Es, con diferencia, la crisis más grave que ha tenido que afrontar el turismo internacional pérdidas tres veces mayores en comparación con los registrados durante la crisis económica de 2009.
A principios de mayo, la OMT pronosticó un desplome de turistas internacionales para 2020 entre 60% y 80%, con pérdidas entre 910-1.200 miles de millones de dólares.
Se pensó que reabrir el mundo al turismo salvaría millones de empleos y, al mismo tiempo, protegería las economías familiares, para permitir que el turismo retome su papel como motor vital para el desarrollo de los países.
Pero el miedo a una segunda ola, la desconfianza en el uso del transporte público junto a posibles nuevas medidas de confinamiento, siguen desanimando a los viajeros pese al largo periodo de cuarentena y las ganas de volver a la "normalidad".
En cuanto a los primeros signos de recuperación, habrá que esperar al menos hasta el último trimestre del año, si no hasta 2021, con una demanda interna más fuerte que la internacional.
Parece evidente que, al menos por el momento, se producirá un notable aumento de las vacaciones nacionales. El turismo local, sin embargo, solo puede amortizar costos temporalmente, pero no reactivar la economía de países individuales.
Además, según estimaciones de la agencia, los puestos de trabajo en riesgo en el comportamiento serán entre 100 y 120 millones. El desempleo resultante sin duda inducirá a los ciudadanos a ahorrar dinero, con efectos aún más devastadores en el turismo.
Cifras aterradoras, destinadas a cambiar radicalmente el mercado turístico tal y como lo conocemos.
