Tiger Woods cae de rodillas, pero sigue de pie, se mantiene como el número uno de la clasificación de la FedExCup al final de la Barclays, el primer torneo de los cuatro playoffs que cierran la temporada estadounidense.
Adam Scott es el ganador de la primera comparación entre los 125 mejores de la PGA USA, en el Liberty National Golf Club de Jersey City frente a Manhattan. El australiano llega al segundo torneo de la temporada, tras el Masters, con 11 bajo par.
Sin embargo, la verdadera noticia del día es el dolor de espalda de Tiger Woods que, en la cuarta ronda, incluso cae de rodillas después del segundo golpe (en el agua) en el hoyo 13 y luego se inclina a cuatro patas abrumado por el dolor. Inmediatamente se entendió que algo andaba mal con el físico de Woods: antes del partido, el campeón decide jugar solo 9 hoyos del tradicional proam, diciendo que le duele el cuello debido a una cama demasiado blanda en el hotel. Desde el primer asalto se toca la espalda, hace muecas y sobre todo lucha por agacharse como un anciano, incluso para recoger la pelota. Alterna buenos golpes con varios golpes, pero esto no es nada nuevo para el número uno del mundo. En el Liberty, caminó penosamente hasta la cima de la clasificación, sin nunca ganar el torneo. Sin embargo, no se rinde hasta el hoyo 72: tras el abismo del 13 (bogey) vuelve a levantarse, pierde una serie de golpes, se recupera con un par de birdies. Se perdió el desempate con Scott por un golpe, en realidad por unos centímetros, dado que su bola se detiene en el borde del 18. Lástima, hubiera sido un final increíble. Al fin y al cabo, Scott merece plenamente el título: en los torneos importantes siempre está en la competición, se hunde en el momento justo y en este caso hace una excelente última vuelta en 66 golpes.
La próxima cita está ahora a menos de 5 días: ¿Podrá Tiger salir adelante en estas carreras finales de la FedExCup? Nada le impide perderse una ronda, nadie le quitará su lugar, pero no podrá sumar puntos en la clasificación y eso significa mucho, para el desafío final de 30 jugadores. El campeón, en las entrevistas al final de la carrera, se muestra doliente pero optimista y promete "tengo una cita con mi mejor amigo", el fisiatra que le está tratando. Ojalá: la televisión, la afición y los rivales quieran que no se rinda y siga regalando emociones al mundo del golf durante mucho tiempo, a pesar de sus dolencias, malas bolas e increíbles recuperaciones. Su lenguaje corporal llena la pantalla al igual que su juego, porque Tiger siempre está montando un espectáculo.
En cuanto a los movimientos en la clasificación de Fedex: Scott salta al segundo puesto, confirmando su estado de gracia y también el excelente entendimiento con el caddie Steve Williams, ex amigo de Tiger y ex portero. Phil Mickelson cierra un espléndido torneo y sube una posición, del cuarto al tercero; Matt Kuchar (del segundo al cuarto) y Brandt Snedeker, campeón de 2012 (del tercero al sexto) que ni siquiera pasó el corte en el Liberty National, cayeron en su lugar. Bien hecho, Justin Rose, que sube del séptimo al quinto lugar y podría haber ganado el Barclays si hubiera metido algunos putts más; Rory McIlory también lo hizo bien, 19º en Barclays, 36º en Fedex, tras ganar 13 posiciones.
El Deutsche Bank Championship comienza el viernes y el campo se reducirá a cien jugadores (de 125): campeones como Geoff Ogilvy, Aaron Bradley, Carl Petterson, Lucas Glover salen de escena. Y el viernes vuelve a arrancar el carrusel de rankings, dejando la final totalmente abierta.
