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Tares, Unioncamere: las empresas piden más eficiencia a las autoridades locales

Dardanello: "Tarifa transparente y criterios razonables para no penalizar la estabilidad empresarial y laboral" -
Se esperan aumentos de incluso más del 50% para bares, restaurantes y cantinas.

Tares, Unioncamere: las empresas piden más eficiencia a las autoridades locales

El nuevo impuesto municipal sobre residuos y servicios, el Tares, que entró en vigor el 50 de enero de este año en todos los municipios italianos, podría costar hasta un 360 % más que el Tarsu para algunas categorías de empresas. La factura será mayor para las empresas del sector hortofrutícola, bares, cantinas y restaurantes (unas 158 empresas). Estas son las actividades que el Decreto Presidencial 1999 de 20 -la llamada "Ley Ronchi", todavía referencia normativa para el cálculo de la Cizaña- identifica como las de mayor contenido "potencialmente contaminante". También se penalizará a colegios y residencias de mayores, con subidas de precios de entre un 50 y un XNUMX% respecto a lo pagado hasta ahora con Tarsu, que hasta ahora se había beneficiado de tarifas muy bajas. Por otro lado, las actividades consideradas de baja producibilidad de residuos se beneficiarán de la redistribución de la carga tributaria, incluyendo cines, garajes, exhibidores, bancos, comercios y actividades industriales y artesanales.

Sin embargo, la verdadera diferencia con respecto a lo pagado hasta ahora está ligada a la aplicación del segundo componente del impuesto, el que se refiere a los servicios municipales indivisibles, incluidos el alumbrado público, el mantenimiento de caminos y zonas verdes, la policía local, etc. .- que desde el 1 de enero se incluyen en la Cizaña. Dado que los municipios tendrán la carga de cubrir el 100% de los costos de los servicios prestados con el monto recaudado por el nuevo impuesto, dependiendo de la eficiencia en la gestión de que cada municipio sea capaz de aumentar esta cuota -que se aplica a de la misma forma a todo tipo de empresas – puede oscilar desde un mínimo del 2% hasta un máximo del 15%. Así se desprende de un estudio realizado por Unioncamere sobre los impactos esperados tras la entrada en vigor de la Cizaña para el mundo empresarial.

"La cizaña es un elemento importante en la implementación del federalismo fiscal y debe conducir a una fuerte responsabilidad de las autoridades locales para una gestión más eficiente de los recursos y una mayor transparencia de las tarifas", comentó el Presidente de Unioncamere, Ferruccio Dardanello. “La lógica europea según la cual paga más quien produce más residuos debe servir para pasar de una mera gestión de las tarifas locales a otra en la que las tarifas se conviertan en una palanca capaz de fomentar las conductas más virtuosas y penalizar, en cambio, a las más nocivo y menos sostenible. Para ello, sin embargo, se requiere un salto cualitativo en las capacidades de seguimiento y gestión de los municipios, de forma que se identifiquen criterios más realistas y menos presuntivos respecto a la producción real de residuos. En la situación en la que nos encontramos, cualquier aumento de costes para las empresas corre el riesgo de empeorar las perspectivas de recuperación y amenazar aún más la estabilidad de los territorios y los niveles de empleo”.

Según el estudio, las variaciones en el gasto por la introducción de la cizaña serán bastante diferenciadas en función del tipo de actividad económica. Con referencia a los municipios (algo menos de 7 mil) que al 1 de enero todavía estaban adoptando el TARSU, el siguiente cuadro muestra los impactos que en promedio pueden ocurrir en las empresas, derivados de la obligación de cubrir íntegramente los costos con los recursos del nuevo impuesto. y la consiguiente remodelación de la carga tributaria entre actividades económicas.

En cuanto al impacto de la contraprestación para cubrir los costes de los servicios indivisibles de los municipios, se diferenciará entre las distintas actividades productivas en función de los niveles actuales de tributación soportados: las estimaciones oscilan entre aproximadamente el +2% para residuos de alta producibilidad (restaurantes, bares, frutas y verduras que ya pagan tarifas más altas) al 15% para algunas actividades con baja producibilidad de residuos (escuelas, talleres, exposiciones que, por el contrario, actualmente pagan tarifas unitarias bajas).

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