ESTRATEGIZACIÓN por Emanuele Sacerdote
El principio de precaución representa el comportamiento, actitud y actitud que nos hace actuar con mayor cautela y atención respecto a un posible peligro o un potencial inesperado.
El concepto arraigado detrás de este principio es el riesgo de que un evento realmente suceda.
Si hay alerta meteorológica en nivel rojo, es mejor quedarse en casa y, si realmente tienes que salir, llevar al menos un paraguas, botas de agua y un teléfono móvil cargado. Si posee una propiedad inmobiliaria en una zona sísmica, se recomienda tener una cobertura de seguro adicional y específica sobre terremotos o tener un edificio con estructuras antisísmicas. Si no usas la mascarilla y frecuentas muchas reuniones, aumentas la probabilidad de contagiarte de covid19.
Aparte de estos ejemplos tomados de la vida cotidiana, cuando hablamos de riesgos necesitamos pensar y medir la probabilidad de que suceda el evento desafortunado. La probabilidad, más/menos cierta, más/menos objetiva, define la importancia del riesgo.
¿Cuál es el significado?
Sencillamente que el impacto del posible evento puede empeorar significativamente el transcurso del año (de la vida) y de los planes previstos al imponer un cambio de escenario inesperado, una ralentización, un retraso, un daño: el efecto del cambio es el coste real y cultural de apoyo para volver y recuperar la posición previa al evento.
Una forma de reducir y contener el impacto es adoptar el principio de precaución modificando el comportamiento y tratando de identificar las posibles precauciones a tomar para reducir el efecto del riesgo.
La mentalidad sugerida es enfrentar el riesgo y el impacto como eventos posibles y no como imposibles.
El mayor riesgo es limitar, subestimar o no considerar que el evento puede ocurrir.
La historia, la realidad de la vida cotidiana y de las empresas, nos enseñan que la única forma de enfrentar el riesgo es pensar en términos de cultura y de realismo considerando que el evento posible sucede y no rechazándolo.
La negativa, el rechazo o el aplazamiento son las actitudes a contrarrestar afrontando el presente y el futuro con un enfoque y un comportamiento más realista, más razonado, más prudente y más protector.
El proverbio popular "más vale prevenir que curar" lo resume todo sabiamente.
Todo lo mejor
