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Senado, delegación fiscal en riesgo

El texto vuelve a la Comisión de Hacienda del Senado: otros siete días para un nuevo examen, pero la sesión presupuestaria está a punto de comenzar en el Palacio Madama – Baldassarri: “La delegación se pospone al padre muerto”.

Senado, delegación fiscal en riesgo

La delegación fiscal vuelve a la Comisión de Hacienda del Senado, anulando el examen iniciado en la mañana de ayer en la Cámara. Así lo decidieron los líderes del grupo de Palazzo Madama, con el riesgo, sin embargo, de encallar en el Parlamento.

Con el regreso al comité, habrá otra semana para volver a examinar el texto y luego traerlo de vuelta a la Cámara en siete días. Pero la sesión presupuestaria está a punto de comenzar en el Senado y los tiempos de la delegación fiscal podrían así alargarse, con el riesgo de no recibir el visto bueno parlamentario.

“Hay un control en curso – dijo el líder del PDL en el Senado, Maurizio Gasparri – para entender si, durante la sesión de presupuesto, se puede discutir o no la delegación fiscal. Yo creo que votaremos después de la ley de estabilidad, hacia el 20 de diciembre, pero hay quien espera antes”. 

La vuelta a la Comisión de Hacienda de la delegación fiscal estaría motivada por el descontento mayoritario sobre algunas normas. En particular, los senadores estarían en contra de la fusión inmediata de las agencias tributarias a partir de diciembre (deseada por el Gobierno) y preferirían un aplazamiento de seis meses. También parece haber dudas sobre las medidas relativas al abuso de derecho y al conflicto de intereses.

Según el presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, Mario Baldassarri (Fli), la delegación fiscal “se pospone a padre muerto. Está claro -dijo Baldassarri- que el visto bueno a la delegación fiscal no llegará hasta después de Navidad. Es un desastre, ¿qué debo hacer, comenzar el examen desde el principio? No es posible. Es la primera vez que se aplaza toda una medida. Si quieren bloquear el proceso, que lo hagan en la Cámara con el obstruccionismo”.

Si fracasara la delegación tributaria, entre las medidas que nunca verán la luz se encuentran la reforma del catastro, el conflicto de intereses con posibilidad de deducir recibos de la declaración, la revisión de las bonificaciones fiscales, la tutoría a las empresas, la exclusión desde el nuevo IRI para profesionales, el nuevo estatuto del contribuyente, simplificaciones para empresas y ciudadanos y la unificación de las agencias tributarias.

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