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Residuos de la construcción: ¿cómo reciclarlos? En Italia es demasiado difícil y el End of Waste es un espejismo

Según Ref Ricerche, la cadena de residuos de construcción y demolición tiene un enorme potencial de crecimiento, pero demasiados límites están frenando su desarrollo. Fin de la regulación de Residuos por rehacer

Residuos de la construcción: ¿cómo reciclarlos? En Italia es demasiado difícil y el End of Waste es un espejismo

I residuos de la construcción representan aproximadamente la mitad de las cantidades totales de residuos producidos en Italia. Mejorar su gestión y recuperación es la clave para hacer sostenible el sector y finalmente crear uno real edificio circular. “Pero esto solo puede suceder superando los límites regulatorios y las fallas de mercado que hasta ahora han frenado su desarrollo, y que no parecen haber sido superadas ni siquiera por el nuevo Decreto de Fin de los Residuos”, escriben los analistas de investigación de la REF - Donato Berardi y Antonio Pergolizzi con la aportación de Francesca Bellaera e Iorgio Bressi en el último trabajo "Reciclar los residuos de construcción y demolición. La economía circular puesta a prueba.

El sector público está llamado a resolver los límites que frenan el desarrollo del mercado de los áridos reciclados, incentivando y agilizando los trámites, tratando de sensibilizar y formar a los órganos de contratación sobre las obligaciones legales, argumentan los investigadores. Entonces, el potencial de la cadena de suministro podría explotarse realmente reduciendo los productores de residuos de construcción y demolición, los costes y generando márgenes económicos compatibles con su (re)utilización directamente en las obras de construcción.

Números de residuos de construcción

Casi la mitad de los residuos producidos en un año en nuestro país son imputables a la construcción, en forma de residuos desde la construcción y demolición de edificios, obras públicas, reformas de viviendas particulares, hasta derrumbes y escombros derivados de eventos sísmicos, lamentablemente no poco común. Se trata de 70 millones de toneladas de residuos (de los cuales aproximadamente 60,6 millones de circuitos especiales, 400.00 toneladas de urbanos), que suman el 48,4% del total de residuos no peligrosos producidos en el país.

La tendencia en la producción de residuos de construcción y demolición en los años 2016-2019 muestra un aumento del 28%, ya que estos volúmenes fueron de 54,8 millones de toneladas en 2016, frente a 70 millones en 2019. Considerando la índice de recuperación – destinados a la preparación para la reutilización, el reciclaje y otras formas de valorización material de los residuos de construcción y demolición – se sitúa en el 78,1 %.

Sin embargo, las estimaciones del sector y las percepciones de los operadores apuntan a un escenario mucho más problemático, con una buena parte de los áridos que quedan en los almacenes o, en todo caso, no se utilizan en las obras debido a la falta de competencia en los mercados y cuestiones regulatorias en general.

De acuerdo con los nuevos objetivos de reciclaje de la UE, la cadena de residuos de construcción y demolición tiene un enorme potencial de crecimiento. Pero el reciclaje efectivo choca con un marco regulatorio, según los investigadores, "excesivamente farragoso y en ocasiones esquizofrénico y un caso ejemplar de fallo de mercado".

Gestión de residuos de la construcción: ¿qué salió mal?

Según los investigadores, existe un grave retraso cultural que ha impedido que surja una conciencia real del papel que pueden desempeñar las obras en la promoción de la economía circular. Pero, sobre todo, ha faltado un papel activo del público para fomentar el uso de áridos reciclados en las obras de construcción.

Para agravar toda la complejidad de la legislación ambiental, buscando constantemente un difícil equilibrio entre protección del medio ambiente y el desarrollo de la economía circular.

Propuestas de referencia Investigación sobre gestión de residuos de construcción y demolición

¿Cómo gestionar el reciclaje de los residuos de Construcción y Demolición (C&D)? Según el informe, mucho depende de la intervención pública que debe resolver las fallas del mercado y compensar las deseconomías producidas por las regulaciones destinadas a la protección del medio ambiente. La creación de mecanismos de mercado, actualmente ausentes, permitiría no sólo obtener enormes beneficios ambientales sino ahorros sustanciales tanto a la Administración Pública -en su calidad de cliente/Órgano de Contratación- como a los operadores privados -en su calidad de productores/adjudicadores de escombros en los emplazamientos de gestión/eliminación.

A nivel nacional atiende a los modificación del Reglamento de Fin de Residuos de los residuos de construcción y demolición, haciendo que los límites tabulares sean más adecuados a las aplicaciones prácticas de los áridos reciclados, "saliendo de la hipocresía de exigir estándares de pureza (por ejemplo, para firmes de carreteras) que no se exigen ni siquiera para materiales vírgenes", añaden los investigadores. 

Necesitamos controles claros y responsabilidades sobre la aplicación real de las obligaciones en la materia criterios ambientales mínimos (CAM) en el ramo de la construcción en licitaciones convocadas por la AP. Las CAM deben formar parte integrante de la especificación técnica elaborada por la estación contratante para guiar el diseño posterior, previendo también sanciones en caso de no aplicación. Y considerando que la aplicación de las CAM por parte de los órganos de contratación podría suponer un incremento de costes, el proyecto ya debería estar desarrollado de conformidad con las CAM y los criterios de adjudicación deberían estar previstos en el pliego de condiciones.

Además, según el estudio, habría que desincentivar el traslado de residuos inertes a vertederos (al menos residuos no peligrosos) así como la recogida de materiales vírgenes con una norma nacional específica y un aumento de la ecotasa. Fomentar también la demolición selectiva con valorización de los residuos de construcción y demolición directamente en la obra, sobre todo con vistas a la reducción de costes.

Finalmente, homogeneizar las leyes autonómicas sobre el uso de plantas (especialmente en cuanto a autorizaciones de plantas móviles para recuperación directa en sitio).

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