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Renault en crisis, pero contiene pérdidas: beneficio positivo gracias a la venta de acciones de Volvo

La histórica empresa, ahora en manos del Estado francés en un 16%, se vio afectada por la crisis como su rival Peugeot, pero logró contener las pérdidas: beneficio neto de 1,7 millones de euros derivado de plusvalías por la venta de acciones de Volvo (más de 900 millones ) y la aportación del aliado japonés Nissan (más de 1,5 millones de euros).

Renault en crisis, pero contiene pérdidas: beneficio positivo gracias a la venta de acciones de Volvo

El grupo francés Renault cerró 2012 con un beneficio neto de 1,7 millones de euros derivado de las plusvalías por la venta de acciones de Volvo (más de 900 millones) y de la aportación de su aliado japonés Nissan (más de 1,5 millones de euros); en cambio, el resultado operativo del grupo casi se canceló en 122 millones frente a 1,244 millones en 2011, sobre una facturación que disminuyó un 3,2% a 41,27 millones de euros. La división de automóviles sufrió una pérdida de 25 millones frente a un beneficio de 330 el año anterior.

La histórica compañía, ahora propiedad del Estado francés en un 16%, se ha visto afectada por la crisis como su rival Peugeot, pero ha sabido contener sus pérdidas. Renault espera una caída del 3% en el mercado europeo este año con una caída del 3-5% en Francia; por otro lado, se espera una expansión del 3% de las ventas globales. Renault aspira a recuperar cuota de mercado en Europa gracias al lanzamiento de nuevos modelos, y aspira a recuperar tanto el resultado operativo como el flujo de caja de la división de automóviles.

Mientras tanto, el número uno de Renault, Carlos Ghosn, habría aceptado -según escribe el diario francés Les Echos- la congelación del 30% de la parte variable de su salario (unos 430 mil euros) para ayudar a llegar a un acuerdo con la sindicatos sobre las nuevas condiciones de trabajo; Renault ha pedido a los sindicatos, en el marco de las negociaciones que se llevan a cabo desde principios de 2013, alinear las condiciones laborales de las fábricas francesas con las de países como España, como condición para garantizar nuevas inversiones. Según Les Echos, el directivo habría accedido a vincular el pago de la parte congelada de su salario al cumplimiento por parte de la empresa de sus compromisos de producir en Francia.

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