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Racismo en el estadio Busto Arsizio: gran Milán, vergonzoso los cánticos pero también el alcalde del Pdl

Ante los repugnantes cánticos racistas contra Boateng en el estadio Busto Arsizio, el Milan hizo muy bien en retirar al equipo pero, además del vergonzoso racismo, las palabras del alcalde del Pdl, Gigi Farioli, que tildó la reacción de "indigno del futbolista rossoneri - ¿Qué opinan Berlusconi y la Liga de Maroni al respecto?

Racismo en el estadio Busto Arsizio: gran Milán, vergonzoso los cánticos pero también el alcalde del Pdl

Ya era hora de que alguien dijera basta del racismo en los estadios. Ante los asquerosos cánticos contra Boateng ayer, el Milan no hizo bien pero sí muy bien al retirar al equipo en señal de protesta del estadio Busto Arsizio donde se suponía que se iba a disputar un partido amistoso. Y tiene toda la razón el entrenador de la selección italiana, Cesare Prandelli, al comentar el hecho con estas palabras: “Por fin, una fuerte señal contra el racismo. Gran Milán, gran Boateng y gran Allegri”.

Quedará memorable el gesto simbólico del Milan y esperemos que haga escuela: ante la barbarie del racismo, ningún partido de fútbol aguanta. La civilización es lo primero ya la intolerancia hay que gritarle un "no" rotundo e inequívoco.

Pero los cánticos racistas no son el único escándalo de un día atroz en un estadio de fútbol. No menos graves y repugnantes fueron las palabras pronunciadas en el lugar por el alcalde de Busto Arsizio, Gigi Farioli del PDL, alcalde de una junta apoyada por el partido de Silvio Berlusconi, la Liga de Roberto Maroni y la lista de Magdi Allam.

Tras haber tachado de idiotas los cánticos racistas de un puñado de chavales, el alcalde se enfadó increíblemente con Boateng calificando de "indignidad" su reacción por haber tirado el balón a la grada en protesta por el enésimo "abucheo" en sus comparaciones. Luego insinuó que Boateng no se habría comportado así si hubiera jugado un partido de Serie A o si se hubiera enfrentado al Real Madrid y concluyó recordando que una reacción como la del jugador rossoneri debería haber sido sancionada con la expulsión.

Ante palabras tan indignas de un alcalde, no basta la execración. Aquí estamos ante un claro caso político en la cuna de la Liga Norte. Antes de ser milanistas -la ironía del destino siempre acecha-, Berlusconi y Maroni son los líderes nacionales de los dos grandes partidos que apoyan a la junta de Farioli. ¿Qué opinan de las palabras de su alcalde? Y, expulsión por expulsión, no creen que sea una señal tan grande como la que dio ayer Milán, para exigir que el alcalde se vaya a casa inmediatamente después de disculparse no solo con Boateng y Milán sino con todos los italianos (bustos en la cabeza ) que tienen cerebro y que conocen las reglas fundamentales de la civilización?

Después del desastre que su gobierno ha provocado a expensas de Italia, la credibilidad de Berlusconi y Maroni hace tiempo que se ha reducido a un parpadeo, pero Busto Arsizio les ofrece la oportunidad de redimirse. Al menos parcial. Que actúen si tienen la fuerza. 

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