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Informe Urbes 2015 sobre el bienestar de las ciudades italianas: un sur más verde pero muy lejos del norte

INFORME URBES 2015 SOBRE EL BIENESTAR DE LAS CIUDADES ITALIANAS – La dicotomía Norte-Sur es muy fuerte. Las realidades urbanas del sur son más verdes pero tienen desventajas en muchos indicadores: ingresos, empleo, esperanza de vida, innovación, conservación del patrimonio: la renta per cápita de Milán supera los 26 13 euros por familia frente a los XNUMX XNUMX de Nápoles.

Informe Urbes 2015 sobre el bienestar de las ciudades italianas: un sur más verde pero muy lejos del norte

La brecha entre el norte y el sur del país sigue siendo muy alta. Así lo confirma el informe Urbes 2015 sobre el bienestar justo y sostenible en las ciudades italianas. Presentado en la sede nacional de Anci, el informe de este año, realizado por Istat con la colaboración de 29 ciudades italianas, ofrece un panorama del bienestar en las realidades urbanas de la península. El informe Urbes 2015 representa la versión más detallada del anterior Bes, la iniciativa original de Istat y Cnel que había identificado 12 indicadores para medir el bienestar en las ciudades. Este año el informe ha fortalecido la red de Municipios participantes, pasando así del 15 al 29 y complementando los indicadores anteriores que han pasado del 25 al 64. 

El resultado es una instantánea interesante de la vida en las ciudades italianas, todavía fuertemente caracterizadas por las desigualdades Norte-Sur. La dicotomía entre el Norte y el Sur del país se acentúa particularmente en los indicadores vinculados a la renta, el empleo, la educación y la innovación que sitúan a las ciudades del Norte muy por encima de la media nacional. Sin embargo, no faltan temas que representan los puntos fuertes del sur de Italia, como la calidad del aire, una menor mortalidad por cáncer, una mayor disponibilidad de áreas verdes y peatonales.

El alcalde de Turín y presidente de Anci Fassino, presente en la rueda de prensa, subrayó la peculiaridad del informe Urbes 2015: "Esta investigación es capaz de evaluar el desarrollo y el crecimiento de una sociedad no solo midiendo el crecimiento cuantitativo de los factores de producción sino también la eficacia de la redistribución en términos de riqueza, servicios, cohesión social y social que el desarrollo urbano es capaz de ofrecer a los ciudadanos”. El alcalde de Catania y presidente del Consejo Nacional de la ANCI, Enzo Bianco, se detiene particularmente en la brecha entre el Norte y el Sur: “Istat nos dice que la brecha entre las dos Italias ha crecido enormemente en los últimos 20 años, cuando a principios de la década de 90 muchas ciudades del Sur crecían más rápido que algunas del Norte. Da la impresión de que la cuestión del Sur ha desaparecido de la agenda política nacional. Espero – concluyó – que también este estudio, al ofrecer una herramienta cualitativa adicional a los alcaldes, lleve a una adecuada reflexión sobre este aspecto”.

Trabajo, riqueza, innovación.

Según el informe Urbes 2015, la crisis económica ha incrementado las ya grandes diferencias territoriales en el mercado laboral. Mientras que las ciudades metropolitanas del Norte registraron un número sustancialmente sin cambios de personas ocupadas entre 2012 y 2013, para ciudades como Nápoles, Palermo y Reggio Calabria los valores están disminuyendo claramente. Con la persistencia de la crisis, la tasa de no participación en el trabajo ha crecido uniformemente en todo el territorio, manteniendo las desigualdades existentes: en 2008 la cifra era del 7,3% en el Norte, del 11,8% en el Centro y del 29,5% en el Sur, en 2013 pasaron respectivamente al 13,2%; al 17,6% y al 36,6%. El informe Urbes también indica la incidencia de los empleados en los sectores de investigación e innovación. En 2011, las ciudades con mayor índice de trabajadores en los sectores de alta tecnología fueron Roma, Milán y Turín, mientras que Reggio Calabria, Messina y Venecia cerraron el ranking. Incluso en cuanto al número de familias con conexión de banda ancha, las ciudades del Norte presentan condiciones más avanzadas. Los problemas de empleo también afectan al bienestar económico de las familias italianas, que se ha reducido drásticamente en los últimos años. En 2012 Milán tiene una renta per cápita media superior a 26 mil euros por familia seguida de Bolonia con más de 23 mil, mientras que Catania, Nápoles, Messina y Reggio Calabria no alcanzan los 13 mil euros.

Educación, política y servicios

En indicadores relacionados con la educación, hay una clara ventaja de las ciudades del norte. Con la excepción de los jardines de infancia, los otros niveles de escolarización registran una mayor participación de ciudadanos del norte y centro de Italia. La proporción de jóvenes que no trabajan ni estudian, los llamados ninis, se sitúa en el 31,4 % en el Sur, frente al 15,2 % en el Norte y el 19,2 % en el Centro. El informe Urbes 2015 informa de un aumento generalizado de la presencia de mujeres en la política, pero también de una tendencia general hacia una menor participación electoral de los ciudadanos. Fuertes divergencias entre Norte y Sur retornan cuando se trata de la calidad de los servicios. En presencia de una disminución generalizada de los servicios ofrecidos a los ciudadanos, el Sur parece estar más penalizado con solo el 5% de los niños que tienen acceso a los servicios municipales de primera infancia.

Medio Ambiente, Salud y Seguridad

En general, Italia ha registrado una mejora continua en las condiciones de vida en los últimos años. A pesar de algunas excepciones como Bari y Cagliari, el sur de Italia también presenta una situación menos favorable en términos de esperanza de vida. La seguridad de los ciudadanos también se mide a través de indicadores Istat que toman en consideración el número de homicidios, robos y otros delitos. En este caso, Norte y Sur cuentan con récords diferentes: si en el Sur los homicidios superan la media nacional, en las ciudades del Norte en los últimos años los hurtos y robos se han duplicado, superando la media italiana. Finalmente, el informe Urbes 2015 también incluye la protección del patrimonio cultural y ambiental en las dimensiones del bienestar. El estado de conservación de los edificios históricos es generalmente mejor que la media italiana en el Norte y el Centro donde, sin embargo, también hay altos niveles de contaminación del aire y pocos espacios verdes o peatonales. 

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