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Informe Intesa Sanpaolo: si la empresa es ecológica, crece más

La cadena de suministro orgánico se ha establecido en Italia en los últimos 10 años. En el sector de la alimentación, el crecimiento fue del 46% frente al 25% de las empresas no certificadas. En general, la producción en el sector orgánico casi alcanza los 350 mil millones - Aquí están todos los datos del 6º Informe sobre la "Bioeconomía en Europa" de Intesa Sanpaolo, Assobiotec y Cluster Spirng

Informe Intesa Sanpaolo: si la empresa es ecológica, crece más

La bioeconomía en Italia, en 2018, generó una producción de aproximadamente 345 mil millones de euros y más de 2 millones de puestos de trabajo. Según el VI Informe sobre la Bioeconomía en Europa, elaborado por Intesa Sanpaolo junto con Assobiotec y Cluster Spring, la bioeconomía -el sistema que utiliza los recursos biológicos, incluidos los residuos, para la producción de bienes y energía- representa para nuestro país un potencial pilar sobre el que asentar el reinicio, conciliando la economía, el medio ambiente y el empleo.

Según los hallazgos contenidos en el informe, el valor de producción de la bioeconomía ha crecido di más de 7 mil millones de euro respecto a 2017, gracias a la contribución positiva de la mayoría de los sectores considerados y en particular de los afines a la cadena agroalimentaria (uno de los pilares de la bioeconomía), generando más de la mitad del valor de la producción y el empleo y jugando un papel fundamental en la protección de la biodiversidad, el cuidado del territorio y la transmisión de la identidad cultural.

La pandemia del Coronavirus ha hecho aún más evidente la necesidad de repensar el modelo de desarrollo económico, centrándose más en la sostenibilidad y el medio ambiente. Precisamente en este contexto, el papel de la bioeconomía asume un papel aún más relevante, dada su vinculación con el territorio, su capacidad para crear cadenas de suministro multidisciplinares integradas en los territorios y devolver, gracias a un enfoque circular, importantes nutrientes a la territorio lo sitúan como uno de los pilares del Green New Deal puesto en marcha por la UE.

El sistema agroalimentario italiano se sitúa entre los primeros de Europa, con un peso del 12 % en términos de valor añadido y del 9 % en términos de empleo. Fuertemente integrada en el contexto europeo, la cadena agroalimentaria italiana ha visto crecer su proyección en los mercados mundiales: 6 de las 15 regiones italianas están en el ranking de valor añadido europeo en el sector agrícola.

En su lugar, de la comparación europea, nuestro país ocupa el tercer lugar, en términos absolutos por valor de la producción, después de Alemania (414 mil millones) y Francia (359 mil millones) y antes de España (237 mil millones). Reino Unido (223 mil millones) y Polonia (133 mil millones).

Incluso las start-ups innovadoras que operan en la bioeconomía son altamente operativas: según la actualización de febrero pasado, una participación del 8,7%, equivalente a 941 de los sujetos innovadores registrados, con un crecimiento continuo que culmina con una participación cercana al 17% en los primeros dos meses de 2020. La mayoría de las empresas emergentes están activas en I + D y consultoría, que por sí solas representan más del 50% de los sectores en general, con 496 empresas emergentes innovadoras.

Seguido por el sector de alimentos y bebidas con 119 temas y el mundo de la agricultura, con 81 start-ups innovadoras compartiendo el 8,6%, confirmando la centralidad de la cadena agroalimentaria en el mundo de la bioeconomía. Según los datos de la última encuesta comunitaria sobre innovación, Italia ocupa el segundo lugar entre los principales actores europeos también en lo que respecta al porcentaje de empresas del sector que han introducido innovaciones de productos y procesos (49,2 %), pero también a la sostenibilidad.

Italia se encuentra entre los líderes europeos con casi 2 millones de hectáreas de tierra dedicadas a la agricultura ecológica: según el análisis de los estados financieros sobre una muestra de más de 9.300 empresas del sector, se evidencia que las empresas con certificación ecológica registraron un aumento de la facturación del 46% entre 2008 y 2018, casi el doble frente al +25% de las empresas sin certificaciones.

Cada eslabón de la cadena agroalimentaria produce residuos de diferente naturaleza y en cantidades cambiantes. A nivel europeo, los residuos orgánicos producidos ascienden a aproximadamente 87 toneladas, equivalentes a 171 kg per cápita. El sector que tiene mayor impacto es el de los hogares (33 millones de toneladas), el procesamiento industrial (24 millones) y finalmente el sector agrícola (17 millones de toneladas). Un importante potencial de biomasa del que se puede obtener compost, bioenergía y biomateriales si se recolectan y gestionan adecuadamente.

Además, la cadena agroalimentaria tiene un impacto significativo tanto en términos de emisiones como de consumo de agua. La sostenibilidad ambiental está ligada al modelo productivo, la reutilización de los recursos hídricos y la reducción de los residuos alimentarios que suponen emisiones de CO2 y consumo de agua inútiles y evitables.

Finalmente, se deben implementar prácticas de prevención e reducción de desperdicios siguiendo la Jerarquía de Recuperación de Alimentos. Los productos alimenticios que se desperdician a lo largo de toda la cadena de suministro representan emisiones de CO2 y consumo de agua inútiles y evitables.

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