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Rai, maniobras en curso: Campo Dall'Orto siempre en equilibrio

A pesar de la creciente presión sobre la DG Campo Dall'Orto desde que dejó Viale Mazzini, varias consideraciones nos llevan a creer que la reunión de la junta de la próxima semana no reservará noticias. Problema de reemplazo. Mientras tanto, una comisión interna está trabajando en el nuevo contrato de servicio que presenta muchos obstáculos para la alta dirección de Rai.

Rai, maniobras en curso: Campo Dall'Orto siempre en equilibrio

Las llamadas "peleas" de Rai no son, como a veces parece, solo intrigas internas en uno de los palacios del poder. A menudo resumen, reflexionan e involucran incluso a una gran parte de la economía del país. Si y de qué manera el principal operador de radio y televisión nacional participa en los grandes procesos de innovación tecnológica del país, ver Industria 4.0, tiene un impacto significativo en la dinámica general en curso. Quien la dirige, quien la orienta y dibuja sus perspectivas estratégicas, asume un papel fundamental. Entonces, para apegarnos a las noticias de estos días, ¿quién se toma la molestia de avisar al Gerente General de Rai, Antonio Campo Dall'Orto, que debe desalojar la oficina en el séptimo piso de Viale Mazzini lo antes posible? Los sujetos, en orden, pueden ser: la Junta Directiva, el accionista mayoritario, la Autoridad Anticorrupción de Raffaele Cantone.

De momento, ninguno de los directivos de la Rai ha preparado una moción de censura que, al menos, debería ser acordada previamente con el Ministerio de Economía. "No sabemos nada en ese sentido" se susurra en los pasillos de Viale Mazzini. Tratemos de traducir: el cambio del Gerente General no está en la agenda del próximo consejo que, de acuerdo con una lectura cuidadosa de las disposiciones sobre el tema, podría presagiar una caída simultánea del BoD, que, a pesar de todos los problemas , no es visto para nada con agrado por parte de los actuales concejales. La roca, al parecer, es la posible sucesora. Una hipótesis era una suerte de interinato de la actual presidenta, Mónica Maggioni, pero, al parecer, el traspaso de apoderados no es fácil. Luego surgió el nombre de Giancarlo Leone, recién liberado de la Rai y nombrado el mes pasado presidente de la Asociación de Productores de Televisión, pero su candidatura pronto decayó y Leone fue llamado de inmediato.

El segundo sujeto, el accionista mayoritario, es decir, el ministro Padoan, de momento parece tener preocupaciones bien distintas y, en todo caso, se trata de una operación que vive bajo el paraguas de una contingencia política todo menos serena. Finalmente, el tercero, Raffaele Cantone, después de haber expresado claramente su decepción "... Rai fue mi mayor decepción..." no parece tener poderes particulares para intervenir con tanta fuerza como para obligar al Gerente General a dimitir, excepto ejercer una especie de persuasión moral con resultados inciertos.

Moraleja, como la cuentan los conocedores de las alquimias secretas de Rai: nada le pasará a la próxima junta directiva. Salvo giros y vueltas que, en un lugar donde hablamos de entretenimiento, siempre son posibles.

Mientras tanto, sin embargo, detrás de las líneas, una gran batalla está a punto de tener lugar: el nuevo Contrato de Servicio. Se ha creado un grupo de trabajo interno de Rai para preparar un borrador que se acordará con el Ministerio y luego se presentará a la Comisión de Supervisión Parlamentaria. Los temas sobre la mesa son de suma importancia y, sin pretender asignar puntajes, enumeraremos brevemente algunos de ellos. En primer lugar, la separación contable, es decir, el principio de asignación de los recursos económicos a los llamados programas de "servicio público" frente a los de carácter más comercial. ¿Cuáles son o cuáles deberían ser los principios que rigen este mecanismo? Un segundo punto es la cuestión de la cobertura de la señal de radio y televisión en el territorio nacional: así estaba escrito en el Convenio recién aprobado, que debería ser igual al 100% pero que, por razones conocidas también por las características orográficas de la país, es muy difícil de lograr. La tercera se refiere propiamente a la misión del Servicio Público y por tanto a la programación que debe cumplir con esta tarea: por ejemplo, las dedicadas a los menores más que a las minorías lingüísticas. Por último, y ciertamente no es la última cuestión, el plan editorial sobre la información que, como se sabe, sigue siendo uno de los principales obstáculos sobre los que podría estrellarse la nave Rai.

Ayer, para cerrar el panorama de Viale Mazzini y sus alrededores, tuvo lugar la audiencia de la nueva alta dirección de Rai Way ante la Autoridad de Supervisión Parlamentaria de Rai. Según manifestaron los nuevos líderes recién nombrados, todo marcha de la mejor manera posible. Sobre el tema del poste de la torre, la presidenta de Rai Way, Raffelle Agrusti, repitió lo que se sabe: no hay novedades en el horizonte y no se prevé la enajenación de la participación pública del capital de la empresa. Como hemos escrito varias veces: todos están de acuerdo, abiertamente o no, en la necesidad de que se lleve a cabo la operación del poste de la torre -Ei Towers siempre está ahí esperando señales- como una operación con una fuerte lógica de política industrial del país y, sin embargo, no queremos, o no podemos, dar pasos en esa dirección. Pero por qué queda por entender.

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