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Bcc, proyectos de autoreforma a paso de camarón

6 o 7 proyectos chocan por la autorreforma de las CCB pero ninguno parece triunfar ni acercarse a la meta - Sin embargo, todos tienen un punto débil: no hay ningún proyecto industrial capaz de conciliar con una nueva gobernanza - Si la autorreforma no se desbloquea, una intervención del Gobierno y el Banco de Italia – Vigila la inspección de Iccrea.

Bcc, proyectos de autoreforma a paso de camarón

Hace unas semanas escribí un artículo que, teniendo como tema el empaque de la autoreforma del sistema de crédito cooperativo, se titulaba “El difícil oficio del sastre”. Hoy debería retomar esa metáfora y llamarla "El sastre loco". Mientras tanto, en efecto, sobre la mesa de trabajo de nuestro artesano imaginario, los modelos de papel, condición previa para pasar al corte y costura final de la prenda, se han multiplicado y revuelto, hasta el punto de que la confusión es máxima y es incluso complicado distinguir uno de otro.

Conté al menos seis o siete, propuestos por tantos componentes centrales y periféricos del movimiento de banca cooperativa, ninguno de los cuales parece prevalecer en este momento. En cualquier caso, pido disculpas si, al citarlos, se me ha olvidado alguno, quizás me salió justo mientras escribo. Las endiadis que pueden ayudar a resumirlas son: adhesión obligatoria vs voluntaria a los nuevos esquemas, es decir, reclutamiento obligatorio o libre salida, singularidad/centralismo vs pluralismo/descentralización, es decir, la unión hace la fuerza, pero también es cierto que más parterres expresan la biodiversidad de localismo bancario. Finalmente cooperativa central o grupo bancario SpA, es decir si debe prevalecer el alma asociativa del movimiento sobre el espíritu emprendedor de sus articulaciones. Pero les repito que no estoy tan seguro de saber captar las diferencias reales entre tantas sugerencias. Así que por favor, una vez más, no me critiques.

En cuanto a los protagonistas, los enumero sin un orden preciso: la iniciativa de Federcasse, la de los últimos días de Iccrea Holding, una iniciativa cada una del Banco Central de Trentino y una de Alto Adige, la propuesta del BCC de Roma, la del BCC Centro Padana, así como la ya histórica, dados los años transcurridos desde su primera salida pública, de la Federación Toscana con su muy cariñoso grupo cooperativo solidario. Entre las diversas agrupaciones, también se debe considerar la de las BCC, que, con razones válidas, proponen escapar de la lógica de cada hierba en un paquete y buscan explorar las implicaciones de una transformación en banco cooperativo o sociedad anónima. .

Esto no parece conducir a la autosolución del sistema, dado que los compromisos necesarios requerirían que cada uno de los proponentes renunciara a partes esenciales de sus ideas reformadoras. Pero, como en la política, tampoco en la banca conviene cultivar certezas. Puede ser que al final salga algún "conejo unitario" del cilindro que en este momento contiene muchos, pero me parece cada vez más probable que se necesite un árbitro, un decisor, un "sastre de sastres", que con autoridad , desde fuera, da solución al problema. Y así se pierde definitivamente el valor político de un movimiento que, reconociendo sus propias criticidades, impulsa con autonomía y determinación su superación. Y con ella la autoridad.

No hace falta decir que el "magister sartorum" solo puede ser, sobre la base de sus respectivas competencias, la combinación del Gobierno y el Banco de Italia. El segundo punto, en cambio, se refiere a lo que falta en todas las propuestas de renovación de la Gobernanza conocidas hasta ahora. No me cansaré de decir que no existe ningún proyecto industrial que, interviniendo en las perspectivas de desarrollo del crédito cooperativo, dé sustento a los cambios de Gobernanza. Una nueva Gobernanza sin un Proyecto Industrial válido es cojo, un Proyecto Industrial válido sin una nueva Gobernanza es ciego. Hay muchas ideas de proyectos industriales. Estos van desde la necesidad de relanzar y expandir el negocio, a las inversiones en tecnología, al fortalecimiento de la profesionalidad de los empleados y la alta dirección, a la consolidación de demasiadas entidades en la galaxia, a la reducción de la red de distribución. Etcétera.

Pero quizás más razonablemente deberíamos al menos hablar de cómo asegurar el propio sistema de crédito cooperativo con un plan extraordinario destinado a simplificar y relanzar su configuración. La cantidad de préstamos dudosos es tan significativa incluso con los Bccs que hoy la conciencia debe pasar a la naturaleza macroeconómica de las intervenciones necesarias para reparar no tanto las empresas individuales, sino el movimiento en su conjunto. En cambio, prima la sensación de un continuo juego de la oca que siempre vuelve a la casilla inicial. La fascinación que ejercen los modelos de la nueva Gobernanza nos impide afrontar cambios estructurales cada vez más necesarios. Con lo cual es probable que los retrasos y las ineficiencias se acumulen aún más. Vuelvo a disculparme, pero me viene por impulso el dicho de que mientras en Roma y otros lugares de Italia se habla interminablemente de autoreforma, Sagunto, o el sistema de banca cooperativa, se debilita aún más.

Y citando de memoria, también me viene a la mente Einstein la contradicción lógica de encomendar la solución de los problemas que han contribuido a generar a los responsables de los temas críticos de la actualidad. Luego hay un tercer punto que se refiere a la preocupación que se siente por cerrar rápidamente las situaciones de crisis bancarias de los grandes BCC, antes de que entre en vigor el nuevo marco europeo sobre resolución de crisis y fondos de garantía de depósitos, que girará en torno al amenazante bail-in, lo que se está volviendo casi un lugar común en las discusiones y en la prensa, sin que hasta la fecha se hayan experimentado consecuencias sobre la confianza de los depositantes bancarios. Es bueno que estas últimas operaciones se realicen con la máxima transparencia y sostenibilidad económico-financiera para todo el movimiento, considerando la conspicua apuesta de recursos que exigen estos rescates y la aparición de casos no precisamente edificantes por parte de una gestión bancaria un tanto alegre, quédate sintonizado durante años sin controles efectivos.

Finalmente, acaba de finalizar la inspección en Iccrea Holding, una de las primeras pruebas de integración de la nueva supervisión europea con la supervisión nacional, en lo que respecta, hasta donde sabemos, al Gobierno y Tecnología de ese grupo bancario que ha adquirido importancia sistémica. Creo que hay, entre los de adentro, curiosidad por conocer los resultados. Todo lo demás, habría cantado el gran Califano, es aburrimiento y no alegría.

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