comparte

Primavera: aprendamos a colorear los platos con flores al gusto

Cada vez más utilizadas en la cocina, las flores comestibles aportan aroma, sabor y belleza a los platos. Hay más de 50 para enriquecer ensaladas, primeros platos, platos principales o postres, pero también para perfumar infusiones, cócteles y licores. Entre otras cosas, son una excelente fuente de salud y bienestar, ricas en sales minerales, proteínas y vitaminas. ¿Por qué no aprovechar los hermosos días para abastecerse de ellos?

Primavera: aprendamos a colorear los platos con flores al gusto

Hermoso a la vista, bueno para comer. EL las flores comestibles pueden dar un toque de elegancia, perfume y sabor a nuestros platos. Las hay de diferentes tipos y variedades, abriendo un abanico de posibilidades para obtener platos con diferentes sabores y fragancias: la rosa se utiliza sobre todo para dulces y mermeladas gracias a su delicado aroma y fuerte sabor, la violeta recuerda a la menta, la caléndula tiene De color intenso y sabor a pimienta, las flores de crisantemo aportan una agradable nota amarga, mientras que la borraja sabe a sandía.

Si se combinan de la manera adecuada, las flores comestibles son capaces de realzar los platos más sencillos y estimular los cinco sentidos. para uso en ensaladas, risottos, carnes, pescados y postres pero también en cócteles y tisanas: añadir flores comestibles a platos o bebidas es un placer no solo para la vista sino también para el paladar. Y si bien hasta hace poco este arte estaba reservado solo para grandes chefs capaces de medir y equilibrar el uso de flores con otros ingredientes, es posible replicar o crear platos con flores comestibles incluso en casa.

Los hay de muchos tipos y para todos los gustos: picante, dulce, agrio, picante y amargo. Precisamente por eso, el arte culinario floral requiere un estudio cuidadoso para equilibrar todos los sabores, tratando siempre de mantener un equilibrio básico. Por tanto, no basta con poner flores o pétalos en el plato, hay que saber proponerlos de la forma adecuada y con combinaciones precisas.

Las flores comestibles siempre han formado parte de nuestra tradición gastronómica. Solo piense en el repollo o el calabacín, pero las rosas, la caléndula y el jazmín también están despegando en la cocina italiana. Y como ocurre con muchos productos, los hay buenos y venenosos, pero su uso en la alimentación es más antiguo de lo que crees. El uso culinario de las flores se remonta a miles de años en civilizaciones como la china, la romana y la griega. Incluso en la época victoriana en Inglaterra, las rosas se usaban en la cocina para agregar sabor pero sobre todo color a los platos.

Grandes aliadas de nuestro organismo, las flores poseen notables propiedades nutritivas. Bajas en grasa, las flores comestibles son rico en sales minerales, proteínas, vitaminas (A, C) y aceites esenciales. Tienen un alto contenido en agua y fibra, excelentes para favorecer una buena digestión. Además, contienen sustancias antioxidantes gracias a la presencia de flavonoides y cartenoides de los que depende el color de los pétalos. Por ejemplo, las flores de color púrpura a rojo oscuro tienen muchas antocianinas, las naranjas tienen altas cantidades de carotenoides, mientras que las flores blancas tienen quercetina.

En el mercado se pueden encontrar frescos, secos o en polvo pero también cultivados en casa. Una vez comprados, se pueden consumir inmediatamente o cristalizar o deshidratar. En el primer caso, se toman los pétalos y se sumergen primero en clara de huevo y luego en azúcar granulada. Luego se secan en el horno hasta obtener chips crujientes. En el segundo caso, sin embargo, se deshidratan a 60° hasta que alcanzan siempre una consistencia crujiente. Si bien las flores se prestan a cualquier tipo de cocción, es recomendable utilizarlas frescas o secas, para conservar su fragancia y sus propiedades nutritivas. Cuando se utilizan como relleno, en cambio, la presencia de la masa consigue proteger la flor del calor. Lo importante es nunca lavarlos con agua corriente y comprobar siempre de dónde proceden: no deben estar contaminados por productos químicos e insecticidas.

Actualmente, yo Las flores comestibles reconocidas tienen más de 50. Los más utilizados son: lavanda, capuchina, saúco, magnolia, rosa, geranio, tulipán, aciano, borraja, diente de león, begonia, manzanilla, margarita, clavel, jazmín, lila, acacia, pensamiento, pasiflora, caléndula, mimosa, prímula, dalia y jacintos.

Su uso en la cocina ya no se limita a la guarnición, muchos chefs utilizan las flores como protagonistas de sus platos. un ejemplo es Esteban Baiocco, chef con dos estrellas Michelin de la hermosa Villa Feltrinelli en el lago de Garda, que ha hecho de las flores su fuerte. Su ensalada es famosa con más de 120 elementos que incluyen hierbas, flores y brotes cultivados o cosechados personalmente por el chef.

En comparación con el pasado, comer ya no es solo una necesidad, sino que se ha convertido en un momento para compartir, para vivir una experiencia culinaria integral. Así ya no hablamos de cocineros sino de chefs, con un excelente conocimiento de la comida, en los que ponen su creatividad e imaginación al servicio de la belleza, proponiendo platos cada vez más sofisticados y escenográficos. La máxima expresión de un plato es la equilibrio perfecto entre sabor, aroma y color: todo esto se puede encontrar en una flor.

Revisión