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Primarias en EE. UU., Silicon Valley contra Trump

Tras la votación del 8 de marzo, Hillary Clinton se confirma a la cabeza en el frente demócrata y Donald Trump en el frente republicano - Sin embargo, emerge el ascenso de los dos outsiders: Sanders sigue en el juego mientras el magnate se estira sobre Cruz, el favorito del establishment candidato – El Sin embargo, su éxito también empieza a preocupar a los poderes económicos: un programa electoral demasiado aislacionista y anti libre comercio.

Primarias en EE. UU., Silicon Valley contra Trump

Trump y Sanders, el avance de los forasteros. El votar el martes 8 de marzo, Día de la Mujer, acercó a la única candidata a las primarias estadounidenses, Hillary Clinton, a la victoria en el frente demócrata, pero también confirmó el crecimiento de los dos candidatos antisistema, el socialista Bernie Sanders y el empresario multimillonario Donald Trump.

Si para el primero, que arrasó en el Misisipi afroamericano excepto para anular los pronósticos en la etapa más pesada de la Michigan (Estado industrial del Medio Oeste donde se encuentra Detroit), las esperanzas de subirse al tren ganador y convertirse en el candidato demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre son muy pocas, en cambio se consolida la tendencia favorable a favor del candidato republicano que pierde en su perseguidor Ted Cruz solo en Idaho y ahora tiene una ventaja de prácticamente 100 delegados (446 contra 347) en la carrera que llevará a la nominación en junio, para lo que es necesario llegar a los 1.237 delegados.

El ascenso de Trump, que a estas alturas parece imparable (el próximo martes habrá votaciones en dos estados clave como Florida e Illinois, donde el magnate casi podría acabar con la partida si gana), empieza a preocupar no sólo al electorado republicano moderado -que de hecho podría inclinarse hacia la figura más tranquilizadora de Hillary Clinton en las elecciones presidenciales, sino también los fuertes poderes de la primera economía del mundo. El extremismo populista y aislacionista no es del agrado ni de los líderes del Grand Old Party (que de hecho sigue esperando el regreso de Cruz) ni de Silicon Valley, el círculo de grandes gigantes que dictan la ley en el extranjero incluso en opciones políticas: Apple, Google , Facebook, Tesla y otros ya están estudiando estrategias para frenar a Trump, según reveló el Huffington Post. Lo que más miedo suscita es su propaganda no sólo contra los inmigrantes sino también -y sobre todo- anti libre comercio y considerado absolutamente peligroso en política exterior, donde la celebridad televisiva quisiera intervenir enérgicamente para enfriar las relaciones con México pero también con Europa, China y Japón, forjando por el contrario una ambigua alianza con el eterno enemigo. Vladimir Putin.

Orientaciones que a cierto tipo de electorado (población blanca empobrecida por la crisis) les gusta cada vez más y menos protagonistas de dinámicas económicas y de complicados equilibrios internacionales. Escribió en Wall Street Journal Thomas Wright, del grupo de expertos centrista Brookings Institution: "Trump tiene una visión de la política exterior atascada hace treinta años, que destruiría las alianzas construidas con el tiempo por Estados Unidos, cerraría la economía global y soltaría las riendas de los líderes autoritarios".

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