El exalcalde de Milán inauguró ayer en el Teatro Brancaccio de Roma su Campo Progresista, un movimiento que pretende unir las fuerzas de izquierda desde abajo para llegar a un centroizquierda renovado y más amplio. El Partido Demócrata se convierte en el principal interlocutor: “No puede ser nuestro enemigo, sino que Renzi elige con quién aliarse: o con Verdini o con nosotros”.
Pisapia no prejuzga las alianzas de izquierda y no elige entre Renzi y los secesionistas pero, precisamente porque tiene una misión unificada, no acepta los prejuicios de los demás, ni los de Sel ni los de Mdp di Bersani y D'Alema. El único prejuicio que plantea Pisapia es contra la derecha. ¿Y Renzi? “No tengo oponentes”, interrumpe Pisapia, y agrega: “La izquierda debe saber dialogar”.
Sobre los programas Pisapia abrirá los Talleres de Contenidos pero ya ha señalado algunas prioridades: el ius solo, el final de la vida y el delito de tortura. Sobre los bonos “Creo que hay espacio para un punto de encuentro positivo: se ha hecho un abuso vergonzoso. Si no se llega a un acuerdo, la ciudadanía debe tener la palabra con el referéndum”.
Hoy Matteo Renzi, que saluda el intento de Pisapia, responderá desde el Lingotto