Las previsiones para el PIB italiano en 2022 siguen empeorando. Según un informe publicado este martes por Istat, nuestro país crecerá un 2,8% este año (desde el +4,7% estimado en diciembre) y un 1,9% en 2023. Ambas cifras son inferiores a las contenidas en el Documento Económico Financiero que el gobierno lanzó en abril (+3,1% para 2022 y +2,4% para el próximo año). Istat, por otro lado, es más optimista que el Comisión Europea, que en el pronóstico de primavera ha previsto un +2,4% para el PIB italiano en 2022 (la estimación para 2023 es similar: +1,9%).
"Altos riesgos a la baja" para el PIB italiano 2022-2023
Por otro lado, el mismo Instituto de Estadística advierte que “las perspectivas para los próximos meses se caracterizan por altos riesgos a la baja como mayores aumentos en el sistema de precios, caída del comercio internacional y aumento de las tasas de interés. Las expectativas de hogares y empresas también podrían sufrir un importante deterioro”.
PIB italiano 2022: las principales variables
Demanda interna y externa
En 2022-2023, el aumento del PIB estará determinado principalmente por la contribución de pregunta interna neto de inventarios (respectivamente +3,2 y +1,9 puntos porcentuales), mientras que el demanda exterior neta debería proporcionar una contribución negativa en 2022 (-0,4 puntos porcentuales) y una contribución cero en 2023.
Inversiones y consumo
Los inversiones, de nuevo según Istat, asegurará un apoyo decisivo al crecimiento con una intensidad más sostenida en el presente año (+8,8%) que en 2023 (+4,2%). EL consumo en cambio, los hogares residentes y los ISP mostrarán una mejora más limitada (+2,3 % y +1,6 %).
Ocupación
En cuanto a la evolución del empleo, estará en línea con la mejora de la actividad económica, con un incremento más acusado en 2022 (+2,5%) respecto a 2023 (+1,6%). La tasa de desempleo, por su parte, se espera que disminuya significativamente este año (8,4%) y, en menor medida, en 2023 (8,2%).
Inflación: "Aumentos sostenidos y generalizados en los próximos meses"
El crecimiento de la inflación debería continuar en los próximos meses y luego moderarse, aunque con un momento e intensidad aún inciertos. Según estimaciones de Istat, en el primer trimestre de 2022, la tendencia al alza del índice para toda la comunidad se situó en el 5,7%, para luego marcar una aceleración en abril (+6%) y mayo (+6,9%). La evolución estuvo caracterizada por la contribución fuertemente positiva de los rubros de energía (+42,2% en mayo desde 45,2% en el primer trimestre) apoyada tanto por el componente de los precios de los bienes regulados, caracterizado por los ajustes trimestrales al alza de las tarifas de energía electricidad y gas, y de la de bienes no regulados.
En mayo continuó la dispersión de las alzas de precios en varios productos. Los precios de los alimentos mostraron una nueva aceleración de su tendencia (+7,1%), como síntesis de incrementos significativos tanto en los alimentos procesados (+6,8%) como en los no procesados (+7,9%). Las tarifas de servicios también han mostrado una aceleración en los últimos meses (+3,1% en mayo) impulsada por los precios de los servicios recreativos, culturales y de cuidado personal y transporte.
El reforzamiento y difusión de la fase de crecimiento de precios se reflejó en las medidas de inflación subyacente, tanto en el sentido que excluye energía, alimentos y tabaco (2,7% en mayo desde 2,0% en abril) como en aquella neta de bienes energéticos solamente ( 3,7% en mayo desde 2,9% en abril).