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Obsolescencia programada de productos: Francia quiere prohibirla

La obsolescencia programada de un producto, es decir, su fecha de caducidad preestablecida, es un fenómeno grave y generalizado, especialmente en la alta tecnología: en Francia es un delito desde 2015, aunque es difícil de probar, pero ahora todo puede cambiar.

Obsolescencia programada de productos: Francia quiere prohibirla

Desde 2015, en Francia, la obsolescencia programada (la caducidad fija de un producto) es un delito grave, difícil de demostrar pero ampliamente observado en los últimos años, especialmente en el sector de alta tecnología y en particular en el caso de los teléfonos inteligentes, y no solo Apple, diseñados para tener un final temprano. La Comisión Europea ha condenado enérgicamente esta práctica pero de forma general. Ahora, ante la multiplicación de otros casos de productos con… muerte prematura sospechosa, un bomba medida. En Francia, de hecho, es muy activa la asociación HOP (Halte à l'Obsolescence Programmée), que ha llevado a cabo una exitosa campaña para castigar a las empresas "astutas", y que ha pedido con insistencia al gobierno francés que intervenga para que las empresas se ven obligados a escribir en sus productos la vida previsible y su reparabilidad. Esto debería permitir finalmente al consumidor elegir un producto en función de su verdadera calidad, y basado en la facilidad de poder repararlo en caso de avería.

Smartphones que duran 2 años

Lo que podría convertirse en una amenaza para los fabricantes asiáticos, especialmente aquellos que explotan a millones de trabajadores con salarios de hambre, en condiciones ambientales inhumanas y utilizando materiales de baja calidad. Todo esto hace que sea -en cuanto a smartphones, y para la gran mayoría de modelos- de productos estudiados a sabiendas que no superen los dos años. Ahora está comprobado que millones de dispositivos de alta tecnología de este tipo llegan desde China. Y que esta competencia desleal contra quienes tratan de vender a mayor costo y calidad crea problemas muy serios para el medio ambiente (los desechables son altamente contaminantes) y para la salud de los consumidores. Además de destruir millones de puestos de trabajo. El gobierno francés ha puesto en marcha estudios para conseguir que fabricantes e importadores  entre ahora y 2020  posición -voluntariamente– un código flash que le permite saber con claridad, durabilidad y reparabilidad del producto. No, no es bueno, objeta la gente de HOP, hay que imponer esta práctica de información honesta y prever exenciones fiscales para quienes facilitan la reparación que alarga la vida del producto creando un circuito positivo de puestos de trabajo.

Desde el blog la casa de paula.

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