El presidente republicano y recién electo Donald Trump entró por primera vez en su nuevo hogar, la Casa Blanca en Washington, que ocupará durante (al menos) 4 años y donde fue recibido por el inquilino de los últimos 8 años, Barack Obama. La entrega, hasta ahora solo simbólica (Trump asumirá el cargo el 20 de enero de 2017), se llevó a cabo en privado y en un ambiente cordial. "Fue una excelente conversación", dijo Obama al final de la reunión que debía durar 30 minutos, pero duró más de una hora y media, "queremos y haremos todo lo posible para que él y su esposa se sientan bienvenidos y para que tengan éxito en su tarea de la mejor manera". “Se discutieron temas importantes”, agregó el presidente saliente.
“Es hora de permanecer unidos”, dijo Trump en su primer discurso tras los resultados de las elecciones. “Estoy impaciente por hacer más con Obama”, añadió el recién elegido al final de la cortísima rueda de prensa. “Nunca nos habíamos conocido, lo respeto mucho. Abordamos temas difíciles, pero también hablamos de los importantes logros de su gestión. Fue un gran honor".
Poco después, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, precisó que "sus profundas diferencias no han sido superadas" pero también que el objetivo de la charla "no era resolver las diferencias sino asegurar una transición ágil". Sin embargo, según el WSJ, también habría habido un incidente diplomático, con los cónyuges de Obama que no habrían querido tomarse la tradicional foto junto a la próxima pareja presidencial, como exige la práctica.