Una coleccion de ochenta obras desde la Edad Media hasta nuestros días, procedente tanto de colecciones privadas como de prestigiosos museos franceses e internacionales, la exposición recorre la historia de las emociones y su expresión pictórica del siglo XIV al XXI.
© Marc Jeanneteau/Museo de Picardie
La emoción, con sus "reacciones a menudo intensas", está siempre presente en las artes visuales, interpretada y declinada. Todas las expresiones están ilustradas allí: del sufrimiento a la alegría, del entusiasmo al terror, del placer al dolor, que Louis-Léopold Boilly supo repasar en sus Treinta y cinco obras expresivas (alrededor de 1825, Tourcoing, Museo Eugène Leroy), repertorio de un teatro donde se expone y diversifica la sensibilidad humana.
© C. Lancien, C. Loisel /Reunion des Musées Métropolitains Rouen Normandie
De la Edad Media a los tiempos modernos, La melancolía de Durero (1514, París, Escuela Nacional de Bellas Artes), las emociones de los corazones jóvenes (Jeanne-Élisabeth Chaudet, Joven llorando a la paloma muerta, 1805, Arras, Museum des beaux-arts) , las cabezas de expresión de la Escuela de Bellas Artes de París o el terror que confiere la locura pintado por Charles Louis Müller (Rachel en Lady Macbeth, París, museo de arte e historia del judaísmo) son manifestaciones de sentimientos. La exposición sugiere el infinito repertorio de resonancias afectivas de nuestro mundo interior, su presencia o ausencia en los silenciosos marfiles medievales, hasta su aullante sublimación en las cabezas de los rehenes (1945, París, Musée national d'Art modern, Centre Georges Pompidou) de Jean Fautrier.
© Colección Amy McCormick Memorial / Bridgeman Images.
Se enriquecen obras emocionales, se renuevan miradas, se diferencian intensidades e interpretaciones. La antigua melancolía se convierte en neurastenia (Émile Signol, La Folie de la fiancée de Lammermoor, 1850, Tours, Museo de Bellas Artes), la antigua violencia en execración (Pablo Picasso, La Suppliante, 1937, París, Museo Picasso). L Emoción entonces ofrece infinitos matices, que la historia no hace más que enriquecer e identificar. Las 8 secciones de la exposición ilustran la lenta transcripción de emociones por parte de los artistas, luego su evolución en el tiempo, a la luz de reflexiones estéticas y científicas o de los hechos ocurridos.
La exposición es el resultado de una colaboración entre Georges Vigarello, historiador y profesor de filosofía, y Dominique Lobstein, historiadora del arte.
En la portada: Detalle – Sainte Madeleine en pleurs – The National Gallery, Londres
