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Monti: "La reforma laboral se hará dentro de la próxima semana"

Lluvias de reuniones en la conferencia Confindustria entre el primer ministro y los interlocutores sociales - Monti abruma a Giavazzi: "Quizás ha perdido de vista el panorama general" - Fiat merece respeto pero debe invertir - Es explícito en la Tav: "A no hay riesgos distanciar a Italia de Europa” – El próximo objetivo será reiniciar las inversiones productivas en el país.

Monti: "La reforma laboral se hará dentro de la próxima semana"

Sindicatos y Confindustria hacen alarde de pesimismo. Pero Primer Ministro Mario Monti, frente a la audiencia de industriales reunidos para la última conferencia de gestión de Marcegaglia, está seguro: el acuerdo sobre el mercado de trabajo se llevará a cabo en la fecha prevista. Y sobre Fiat, al día siguiente de la reunión con Sergio Marchionne, el primer ministro es explícito: podemos, de hecho debemos, pedir a la empresa que tenga en cuenta a Italia, en el frente de las inversiones. Pero Fiat merece respeto, no afectados y quizás incompetentes análisis de las intenciones del grupo.

Monti avanza sin titubeos ni indecisiones, fortalecido por "un consenso inexplicable". “El ministro Fornero –afirma el primer ministro desde el escenario– prevé de inmediato intervenciones encaminadas a eliminar la segmentación entre trabajadores precarios y permanentes y que modifica de inmediato el artículo 18 para las nuevas contrataciones. De estas reglas depende el futuro del gobierno y del país». “Si la presión empresarial o sus compañeros ministros o su presidente le pidieran que diera un paso atrás –añadió–, Elsa Fornero debería, con el estilo y la determinación que la caracterizan, abandonarlos a su suerte. Bueno, me temo que no puede dejarnos a nuestra suerte. Esto se debe a que, palabra del Primer Ministro: “Las negociaciones sobre el mercado laboral y las redes de protección social se cerrarán la próxima semana.

Una manifestación de optimismo que contrasta con las tensiones que emergen de los protagonistas: Rafael Bonanni se desquita con los "extremismos opuestos" que hacen imposible ponerse de acuerdo sobre el fondo del artículo 18 y también saca a relucir "una parte del gobierno" además de Confindustra y la CGIL. Luigi es aún más pesimista Angeletti que va tan lejos como para decir "Yo no apostaría dinero en el trato". Aún más drástico Susanna Camusso: “Estamos lejos, imposible cerrar el martes”. El líder de la CGIL insiste: “¿El gobierno está dispuesto a hacer un acuerdo? Si este es el caso, se necesita un punto de mediación».

En resumen, al menos a primera vista, el optimismo de la voluntad de Monti parece descansar sobre cimientos frágiles. Pero el primer ministro responde advirtiendo contra "la falta de fundamento de la impaciencia". En el visor está el artículo principal del Corriere della Sera de Francesco Giavazzi, “un colega que, por un exceso de impaciencia, comete numerosas inexactitudes”, acusación que suena muy grave, en el contexto de una disputa entre académicos. Monti ataca duramente a Giavazzi, culpable de haber minimizado los resultados en el frente de la liberalización (“Comprendo –explica con feroz ironía– que quienes siguen el debate en los reportajes periodísticos pueden haber perdido de vista el panorama general”) y de haber previsto un fiasco en el frente de la reforma del mercado laboral que, asegura Monti, no se llevará a cabo.

Ante los industriales, pródigos en aplausos, Monti no hace concesiones: "El aplauso que dedica hoy a la política de rigor -argumenta- es el mismo que acogió la política de gasto en detrimento de las generaciones futuras en los años setenta y XNUMX". El suyo no es un discurso genérico: ante todo hay una postura firme e intransigente en el frente Tav. A la izquierda, subraya el primer ministro, se ha dicho varias veces que la Unión Europea debe practicar una política de desarrollo a partir de las infraestructuras. Bueno, no es posible fallar en estos principios en la primera prueba práctica, subestimando los riesgos de un no que puede alejar a Italia de Europa.

Luego, el tema Fiat. Varias veces en el pasado, los gobiernos cedieron ante el interés a corto plazo de Fiat o de muchas otras empresas capaces de hacer pesar sus ventajas sobre el interés general. Y Monti se refiere, sin dar nombres, a la compra de Alfa Romeo. Pero, si no se puede olvidar el pasado, no se puede condicionar el futuro con errores anteriores. “Un político del pasado –añade– podría haber buscado un aplauso fácil al declarar que había ordenado a Fiat invertir en Italia. Hoy digo que una empresa tiene el derecho, más aún el deber, de elegir sobre la base de sus intereses legítimos”. En resumen, Italia puede, de hecho debe, luchar para atraer inversiones de Fiat u otras empresas que prefieran deslocalizarse, pero es necesario ofrecer a las empresas condiciones competitivas.. “Hablamos de competitividad, de flexibilidad laboral pero, sobre todo, de respeto al trabajo de las empresas”. Y en concreto de Sergio Marchionne, no tan popular en la nomenclatura de Confindustria.

Aquí acaban las dos jornadas de Confindustria que no dieron a luz al gran acuerdo sobre el mercado laboral: es fácil pensar que el partido solo se resolverá en el último minuto o en la prórroga. Esto es comprensible, dada la importancia de lo que está en juego y la dificultad de los distintos duelistas para digerir las inevitables renuncias en nombre del interés general. Pero Monti ya mira hacia el futuro: después de los road shows en Londres y en Wall Street posibles gracias a la caída del diferencial de BTP, el primer ministro ya está pensando en otras misiones, dedicada a la economía real: "Tras el acuerdo sobre el mercado de trabajo y una ley de protección contra la corrupción -anticipa- estoy listo para iniciar los road shows para estimular inversiones productivas en Italia”. Es poco probable que esta apuesta se vea comprometida por el artículo 18.

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