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Milán en crisis: Giampaolo y Maldini en la balanza. Fracaso de Nápoles y Roma

Milan en la tormenta: La victoria de Marassi no alcanza para salvar el banquillo de Giampaolo que podría arrastrar al abismo a Maldini - Nápoles y Roma también decepcionan, que no van más allá de lo mismo

Milán en crisis: Giampaolo y Maldini en la balanza. Fracaso de Nápoles y Roma

Dos traspiés y un banco ahora cerca de saltar. El domingo "inter-Juve extra" nos regala empates en Nápoles y Roma, pero sobre todo la casi exoneración de Giampaolo, cuyo destino parece verdaderamente sellado. La victoria en Génova no basta para disipar las dudas de Gazidis y Boban, convencidos de que la única solución para salvar el campeonato es un cambio de entrenador.

Maldini sigue defendiéndolo y por eso aún no se registra la exención, pero con el paso de las horas, sin embargo, él también se resigna a una decisión compartida por todos los demás integrantes del club, con Elliot a la cabeza, por lo que tanto es así que no deben excluirse giros sobre su ubicación también. En definitiva, pronto sabremos si el Milan seguirá con Giampaolo o no, pero a día de hoy el cambio es el escenario más probable.

¿Quién tomará su lugar? El número de suplentes se redujo a 2-3 nombres, con Spalletti (el favorito) y Pioli (el más accesible) en la pole, y más lejos los forasteros Ranieri y García. Difícil, por no decir imposible, volver a ver a Gattuso, a menos que Maldini, cuyas relaciones con Boban son muy frías (fuentes muy fidedignas hablan de una bronca en el vestuario de Marassi), decida dar un sensacional paso atrás.

Lo que hicieron Napoli y Roma, volviendo al campo, volvió a bloquear a la hora de dar el salto de calidad. Un empate con Turín y Cagliari, además en el día de la Inter-Juventus, es casi imperdonable, y si la Roma todavía puede esconderse detrás de un proyecto en construcción, Napoli debe lidiar con un balance de primer fracaso.

Ancelotti tenía garantizado un equipo capaz de luchar por el título, en cambio la clasificación llora y la razón no se encuentra en absoluto en la mala suerte. Ayer en Turín asistimos al segundo empate 0-0 consecutivo tras el de Genk, y al igual que el martes, toda una serie de ocasiones desperdiciadas en la primera parte, para luego desvanecerse con un partido de vuelta muy inferior y por debajo de las expectativas.

Lo cierto es que la política de pérdidas, alabada al inicio de la temporada, no está funcionando: el continuo cambio de formaciones y hombres, de hecho, está acabando por quitar identidad y certezas de juego. Ancelotti, en un intento de sorprender a Mazzarri, abandonó el 4-4-2 para volver a un 4-3-3 de recuerdo "Sarriana", con Insigne y Lozano por las bandas, Mertens falso nueve y Callejon, Llorente y Milik por las bandas. banco.

El inicio parecía prometedor con el Napoli cerca de marcar con Fabián Ruiz y Mertens, pero luego las granadas, gracias a la imprecisión de los azzurri, tomaron valor e hicieron temblar a Meret con Ansaldi. En la segunda parte los ritmos bajaron y Toro mostró su mayor agresividad, ganando metros sin dejar de defender en su mejor momento.

El resultado es que el Napoli, incluso con las sustituciones de Ancelotti (en Callejón y Llorente en lugar de los decepcionantes Insigne y Lozano), atacó desconcertado, haciéndose peligroso solo con los golpes del español, que sin embargo acabaron fuera de la portería de Sirigu.

“Fue un partido muy peleado, jugamos lo justo, nos faltó un poco de efectividad arriba – explicó el técnico azul. – Fuimos demasiado tímidos cuando tuvo que materializarse. Nuestra clasificación llora un poco, creo que nos faltan los tres puntos que teníamos que sacar ante el Cagliari”. Todo cierto, también porque el dato más impactante, más que la diferencia entre Juventus e Inter, son los 3 puntos menos que Atalanta.

Decepcionante domingo también en casa en Roma, donde el conjunto de Fonseca no pasó de un gris 1-1 con el Cagliari. Un empate que, al igual que el de la Lazio en Bolonia (2-2 y penalti fallado por Correa), impide el salto definitivo a la zona de Champions, gol declarado por el club. La situación, unida a la emergencia lesional cada vez más fuerte (ayer le tocó el turno a Diawara, parado por una lesión de menisco), se tensa y estalló en la final, cuando el colegiado Massa, asistido por el Var, anuló el 2º gol -1 a Kalinic por una falta sobre Ceppitelli.

Una decisión que enfureció a la Roma, empezando por Fonseca, expulsado por reiteradas y ofensivas protestas contra el director del partido. “Antes que nada, tengo que decir que merecí la expulsión, pero hay que aclarar el gol anulado a Kalinic – confirmó el entrenador. – Los jugadores me dijeron que Massa había dicho 'no' a la falta y entonces ¿quién intervino, el Var?”.

Polémica en la que también participó Petrachi, empeñado en hacer oír la voz del club ante lo que, para ellos, es un mal inadmisible. “Solo digo que el fútbol no es teatro, Kalinic le robó el tiempo a Pisacane, es Olsen quien se lo lleva completo – tronó el director deportivo. - Son cosas normales que pasan en el área, es impensable anular un gol así, sino no jugaremos más al fútbol".

Antes, sin embargo, hubo un partido en el que la Roma no logró traspasar el muro del Cagliari, levantado tras el penalti de Joao Pedro (26', toque con el brazo de Mancini) y el empate de Giallorossi (31', gol en propia de Ceppitelli). En la segunda mitad fue un monólogo amarillo y rojo pero sin la lucidez necesaria para batir a los sardos, que también exorcizan al Olimpico tras el San Paolo. Ahora la parada, luego Nápoles y Roma tendrán que cambiar de marcha, de lo contrario, los sueños de gloria seguirán siendo los mismos.

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