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Macron abre dos meses de debate público: 35 preguntas a los franceses

El presidente transalpino, ahora rodeado por la feroz protesta de los chalecos amarillos, ha lanzado una plataforma pública haciendo a todos los ciudadanos 35 preguntas: será posible responderlas en Internet pero también organizando comparaciones locales - Cuatro temas clave: Fiscalidad, medio ambiente, organización del Estado, ciudadanía.

Macron abre dos meses de debate público: 35 preguntas a los franceses

Emmanuel Macron se entrega a la democracia directa. El presidente francés, ahora rodeado de chalecos amarillos y mal recibido según las encuestas de al menos el 70% de los franceses (que en cambio, para el 55%, apoya las protestas callejeras de las últimas semanas), juega la carta de la consulta directa con los ciudadanos. El gran debate nacional, como se le ha llamado solemnemente en pleno estilo transalpino, se puso en marcha con una carta dirigida a todos los ciudadanos el domingo por la noche y arranca oficialmente el martes 15 de enero, para finalizar después de exactamente dos meses, el 15 de marzo. No se trata de un simple "televoto" al estilo 5 estrellas, sino de un auténtico debate que a ser posible se realizará también de forma presencial y no solo a través de Internet. Seguramente habrá un sitio en el que expresar cómodamente su opinión, pero para todos aquellos que deseen organizar reuniones locales, el Elíseo ha decidido crear una "Comisión Nacional para el Debate Público", a través de la cual pueden registrarse para citas y recibir el kit necesario para realizar la comparación.

Macron invitó a sus conciudadanos a expresarse en hasta 35 preguntas, prácticamente todas las posibles: una suerte de cheque intermedio organizado voluntariamente por un presidente que se lo juega todo esta primavera, con las elecciones europeas en puerta. Los dos meses de consulta se dividen en cuatro grandes temas: fiscalidad, organización del Estado, medio ambiente y ciudadanía. Sobre la justicia fiscal, Macron en su carta una vez más especificó que no cambiará de opinión sobre la supresión del impuesto al latifundio, una elección que -descontada la subida del diésel que activó la mecha- es la verdadera causa de la protesta de los chalecos amarillos. El presidente no menciona explícitamente el impuesto, pero especifica que "no habrá marcha atrás en las medidas ya tomadas". Y luego pide consejo a los ciudadanos sobre cómo hacer que los impuestos sean más justos, sobre cuáles son las prioridades fiscales y si insistir en los servicios públicos o abandonar los que son menos necesarios.

En cuanto a la organización del Estado, Macron pide opinión sobre las administraciones locales: ¿son demasiadas? ¿Cómo le gustaría que funcionara la máquina administrativa? Y luego está el gran tema de la transición ecológica, que ha enfurecido a Francia profunda, esa que vive en provincias y se mueve en todoterreno, teniendo que recorrer muchos kilómetros al día para trabajar y utilizar los servicios. El mandatario, que había pasado por alto el tema en su discurso de fin de año, invita esta vez a la ciudadanía a enfrentarlo de frente: ¿cómo se debe financiar? ¿Con impuestos? ¿Y quién tiene que pagar estos impuestos? ¿Cuáles son las soluciones para movernos, calentar los departamentos, alimentarnos, sin contaminar? En breve una verdadera lluvia de ideas colectiva incluso sobre temas muy delicados.

El último tramo de las 35 preguntas de Macron está dedicado precisamente a la ciudadanía: ¿es correcto reconocer el voto en blanco en las elecciones? ¿Sería deseable hacer obligatorio el voto? ¿Debería reducirse el número de diputados? ¿Le gustaría ampliar la posibilidad de recurrir a referéndums de iniciativa popular, o incluso de sortear ciudadanos que de vez en cuando participen en las decisiones públicas? Si no es la plataforma de Rousseau, estamos cerca.

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