Se acabó el miedo. Tanto el primer ministro Matteo Renzi como el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, pueden respirar aliviados. La agencia Fitch confirmó el rating BBB+ de Italia pero sobre todo mejoró su rating de negativo a estable.
El Gobierno italiano temía que un empeoramiento del rating penalizara la política de recuperación y revitalización tanto provocando un mayor gasto en intereses del Tesoro como interrumpiendo la luna de miel en curso en los mercados entre los inversores extranjeros y nuestro país. El juicio de Fitch es en cambio reconfortante.
Según la agencia de calificación, la recesión también ha terminado en Italia, aunque las perspectivas de crecimiento siguen siendo débiles.