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Acri confirma a Guzzetti como presidente, pero ¿cómo serán las Fundaciones después de él?

Hoy la asamblea de la ACRI confirma por cuarta vez como presidente a Giuseppe Guzzetti, noble padre de las Fundaciones y figura unánimemente estimada - Pero las dudas sobre el futuro se multiplican: después de la generación Guzzetti, cómo serán las Fundaciones y podrán frenar la intrusividad de la política?

Giuseppe Guzzetti, exsenador demócrata cristiano y noble padre de las fundaciones bancarias, será confirmado hoy por cuarta vez como presidente de Acri, la asociación que agrupa a las Fundaciones y Cajas de Ahorro. Guzzetti, quien también es presidente de la muy fuerte Cariplo y como tal importante accionista de Intesasanpaolo, asumió la presidencia de Acri en 200 y desde entonces ha sido el motor y garante del desarrollo y crecimiento de las Fundaciones, concebidas por Giluliano Amato y regulado por la ley Ciampi. Durante mucho tiempo las dudas sobre las Fundaciones dominaron la escena pública duda que estas entidades un tanto híbridas se conviertan en el caballo de Troya de las fiestas en los bancos. La sabiduría y el equilibrio de personajes como Guzzetti han evitado esta deriva y han convertido a las Fundaciones en inversores institucionales a largo plazo.

Tanto en Intesasanpaolo como en Unicredit, por no hablar de Mps (donde la fundación sí está muy permeada por la política local pero también es un caso por derecho propio), las Fundaciones han acompañado el crecimiento de grupos que se han convertido en grandes entidades bancarias nacionales y en algunos caso internacional. Bajo la dirección de Guzzetti, quien supo librar una batalla despiadada contra el entonces ministro Tremonti sólo para conciliar cuando el Tribunal Constitucional falló a favor de las Fundaciones y reconoció su carácter de entidades de derecho privado, Acri se sumó también a la transformación y crecimiento de Cassa depositi e prestiti con una participación del 30% y la expresión de un presidente en la persona de Franco Bassanini.

Sin embargo, la crisis cortó las piernas de las fundaciones porque el temporal que azotó a los bancos redujo sus dividendos y también los de las Fundaciones que ahora se encuentran escasos de recursos para distribuir en el territorio en forma de desembolsos. Y es precisamente este cambio de escenario lo que plantea una duda que siempre ha acompañado el crecimiento de las Fundaciones: mientras esté al mando la generación de figuras con gran previsión como Guzzetti, no hay problemas, pero ¿qué pasará después? ¿Serán capaces las Fundaciones de mantener la política alejada? La Carta de Fundaciones lanzada por Guzzetti para definir mejor los derechos y deberes de los administradores de instituciones y regular las incompatibilidades es una forma de salir adelante. Pero, lamentablemente, queda la duda porque incluso en las Fundaciones más que las reglas son las personas las que marcan la diferencia y Guzzetti por el momento no es visto por los demás, aunque a veces el futuro le reserva sorpresas felices.

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