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España sufre, pero los grandes nombres vuelan

Las grandes empresas españolas siguen siendo líderes mundiales en algunos sectores estratégicos, pero el Gobierno debe implementar las reformas ya en marcha para reducir el déficit, fortalecer el sistema bancario y el mercado laboral y frenar los ataques a la economía - Así en 2013 España podrá volver a crecer a los niveles anteriores a la crisis.

España sufre, pero los grandes nombres vuelan

“Los desequilibrios persisten, pero todos han sido diagnosticados. Es necesario acelerar el proceso de reformas y ejecutar con rigor las ya puestas en marcha”. Así se puede leer en el informe de julio del Consejo Empresarial Español para la Competitividad (CEC). El Consejo, integrado por 17 de las principales empresas de la Península Ibérica (entre ellas Telefónica, Repsol, Iberdrola, El Corte Inglés), nació a principios de año con el objetivo de combatir la imagen de alto riesgo asociada a la economía española. Imagen que contrasta con la posición de líder mundial que ostentan algunas multinacionales en sectores estratégicos como la construcción, la banca o las energías renovables. Sin embargo, no debemos olvidar que también existen empresas pequeñas y que últimamente no les está yendo demasiado bien (ver el artículo de Miguel Calcaterra en Firstonline). 

Grandes empresas competitivas
– El documento de la Cec recoge que las empresas españolas tienen un peso del 12,2% en el índice europeo Eurostoxx 300, en tercera posición tras Francia y Alemania (ver foto). Empresas como Telefónica, Iberdola y Repsol y bancos como Santander y BBVA se encuentran en el top 10 de sus respectivos sectores en términos de capitalización. Por primera vez en la historia, 12 de las 38 industrias de la lista de Forbes son españolas. La alta productividad de las grandes empresas (más de 250 empleados), que supera en un 10% a las empresas alemanas del mismo tamaño ya las inglesas en un 20%, es lo que las sitúa entre las más rentables del mundo.

Efectos de la crisis 2007/2010
– En los últimos 50 años, la historia de España ha marcado un éxito social y económico comparable al progreso de Japón y la Alemania de la posguerra. Entre 1960 y 2010, España triplicó su peso en la Europa de los 15 (ver foto). Sin embargo, la profunda crisis ha puesto de manifiesto una serie de desequilibrios en su economía como un elevado endeudamiento del sector privado, un elevado déficit corriente, una sobrevaloración de los activos inmobiliarios y una gran rigidez del mercado laboral.
Pero España está trabajando en ello y los 17 grandes, coordinados por el presidente Fernando Casado, reconocen el compromiso del Gobierno para reducir el déficit y subrayan la importancia de un mayor esfuerzo en las administraciones públicas, especialmente en las regiones, donde en 2010 la deuda alcanzó el 11% del PIB.

Alto endeudamiento de las regiones
– España tiene muchas ciudades y pueblos pequeños (alrededor de 8000) y una de las poblaciones más bajas por ciudad. El 60% de los pueblos tienen una población de menos de 1000 habitantes, y casi la mitad de estos tienen menos de 500. Esto provoca un elevado coste por habitante en la retribución de los cargos públicos, unas 5 veces la media europea. El documento lee la propuesta de reducir los costes de las comunidades autónomas con un aligeramiento de la administración territorial o mediante una racionalización del federalismo fiscal, con mayor transparencia y controles.

Déficit y deuda pública
– Pero el fantasma de la crisis de la deuda sigue rondando sobre España. El WCC señala que la tasa de deuda/PIB, aunque aumentó durante la crisis, sigue estando entre las más bajas de los países de la OCDE (ver foto).
Gracias a los excedentes acumulados entre 2004 y 2006, la Península Ibérica se ha visto menos afectada por la última crisis (2007-2010). Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional, el déficit presupuestario convergerá hacia las principales tasas de Europa central y en 2013 la deuda, en términos de porcentaje del PIB, estará en los niveles de Alemania y lejos de los valores de la otros países mediterráneos. La Comisión Europea también se muestra confiada y en sus datos pronostica que España seguirá destinando cerca del 7% de los ingresos públicos al pago de intereses de su deuda, un porcentaje similar al de Francia y Alemania. Sin embargo, lo que más pesa sobre la deuda española es la elevada parte en manos de inversores internacionales (alrededor del 50%), lo que la hace más expuesta a la especulación del mercado.

No obstante, el plan de austeridad puesto en marcha por el Gobierno (que prevé una reforma del sistema bancario y del mercado laboral) le permitirá alcanzar los objetivos del Pacto de Estabilidad en los próximos dos años. En 2010 se cumplió la misión y según la Cec la economía española volverá a crecer en 2013 a tasas similares a las anteriores a la crisis. Las agencias de calificación lo permiten.

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