"Me preocupa un poco que la economía italiana continúe retrocediendo y espero que las autoridades italianas hagan esfuerzos adicionales para mantener vivo el crecimiento italiano". Estas son las palabras pronunciadas por el número uno de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, al final del encuentro cara a cara de esta mañana en el Palazzo Chigi con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
“Nuestras medidas son expansivas y responsables – respondió el jefe del gobierno italiano – Hablamos de la Def: el marco fiscal no ha cambiado en comparación con el escenario acordado en diciembre pasado. La ralentización es reconocida como transitoria por las normas europeas. El gobierno había previsto una ralentización de la deuda pública, y por ello ha elaborado una maniobra que pretende llevar a cabo una política expansiva pero responsable, aprobando medidas que el país necesita desde hace demasiados años para restablecer la equidad social. Durante la semana confiamos en aprobar el decreto de crecimiento con medidas capaces de impulsar tanto el crecimiento real como el potencial”. El texto llega hoy en preconsejo de ministros, mientras que la decisión oficial del gobierno debería llegar el jueves.
Volviendo a la reunión entre Conte y Juncker, como para endulzar la píldora, el luxemburgués añadió que "hay un gran amor entre Italia y la Comisión de la UE, hay que decírselo a todos los ministros italianos". En realidad, estas palabras suenan más como una indirecta a los dos ministros y viceprimeros ministros, Matteo Salvini y Luigi Di Maio, que nunca han ahorrado críticas a Bruselas (y sobre todo a Juncker).
En realidad, el último blanco del líder del pentastellato fue Ángel Gurria: "Que hagan austeridad en casa", comentó Di Maio tras el rechazo a la política económica italiana por parte del número uno de la OCDE.
Conte y Juncker también hablaron de Tav. El primer ministro reiteró la necesidad de una "reflexión adicional" y un nuevo enfrentamiento con Francia y la Unión Europea. Juncker respondió que “Turín-Lyon no es un proyecto ideológico, es un proyecto técnico. Hemos acordado que los ministros de Italia y Francia hablen entre ellos y luego con el comisario de la UE para ver qué solución se puede encontrar. Dejaré que los franceses y los italianos lleguen a un acuerdo".
