El año comienza con los frenos puestos, para la fabricación italiana. Así lo decretó -cifras en mano- Prometeia en su análisis de los sectores industriales de julio, relativo al período enero-mayo de 2019.
“El crecimiento de la facturación, medido a precios corrientes –escriben los investigadores de Prometeia– se mantuvo limitado a una tendencia del 0.5% en el período enero-mayo y cae en territorio negativo si se considera neto de la tendencia de los precios (-0.3%)”. Se trata de una cifra deslucida que se origina, continúa explicando el análisis de Prometeia, en el clima de fuerte incertidumbre que caracteriza el escenario, tanto a nivel interno como internacional, y que ha provocado una pérdida de confianza entre los operadores y una caída generalizada de las inversiones por parte de negocios Esta actitud prudente también se encuentra en las elecciones de consumo de las familias italianas, por lo que las perspectivas para la segunda mitad de 2019 siguen siendo inciertas y cualquier mejora que pueda lograrse en el ámbito interno corre el riesgo de verse contrarrestada por el empeoramiento de la situación internacional.
En definitiva, un nudo del que la industria italiana no parece poder librarse fácilmente. Y así, si las exportaciones demuestran ser dinámicas y empresas capaces de exportar sus productos, los datos son variados y diferenciados con desviaciones incluso importantes.
“La exportación de productos manufacturados aumentó una tendencia del 3.5% en el período enero-abril, a valores corrientes, acelerando el ritmo de crecimiento frente al promedio de 2018 (+2.7%)”, escribe Prometeia.
El crecimiento de la facturación de productos y materiales de construcción ha sido superior a la media, sector que está mostrando una sólida recuperación, gracias al muy positivo comportamiento de la industria de la construcción. También destaca el incremento de la facturación de Mecánica, que se beneficia del dinamismo de los mercados exteriores, así como de la estabilidad de la demanda interna. El dinamismo mostrado por el sistema de alimentos y bebidas y el de moda también fue bueno, por delante de sectores de crecimiento moderado, como el de consumo masivo y el de productos metálicos. Sustancialmente estable, sobre los valores de 2018, los Otros intermedios y Mobiliario.
Por otro lado, es el desempeño negativo de los vehículos de motor y motocicletas lo que ha reducido la tasa de crecimiento general de la manufactura en los primeros cinco meses del año. Las dificultades del sector, ante los cambios tecnológicos y la caída de la demanda, condicionaron también la evolución de la química intermedia, la metalurgia y la electrotecnia, a pesar del apoyo que ofreció la recuperación del sector de la edificación.
Los principales factores de riesgo se relacionan con la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la incertidumbre que ha provocado, con una desaceleración del crecimiento mundial. Y los riesgos del escenario también incluyen un posible empeoramiento vinculado a una mayor deriva proteccionista de EE.UU. hacia las importaciones europeas”. Prometeia prevé una nueva desaceleración para Mecánica en la segunda mitad del año y una evolución incierta para Electrónica y Automóviles y motocicletas, frente, sin embargo, a buenas perspectivas para los sectores vinculados al ciclo de la construcción.
