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Senado aprueba decreto para disposición de residuos eléctricos, pero pone condiciones

Opinión favorable del Senado sobre el decreto relativo a la eliminación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) - Sin embargo, las condiciones son necesarias para optimizar los centros de recogida y evitar la propagación de vertederos y fenómenos ilegales

Senado aprueba decreto para disposición de residuos eléctricos, pero pone condiciones

La Comisión de Territorio, Medio Ambiente y Bienes Ambientales del Senado aprueba el decreto legislativo (destinado a desarrollar la directiva 2012/19/UE) sobre la eliminación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), pero pone condiciones.

Los últimos ocho años de implementación del sistema nacional de recolección, reciclaje y eliminación de RAEE han visto luces y sombras. En el lado positivo, ha surgido un régimen competitivo en Italia, caracterizado por numerosos consorcios dedicados a la eliminación de dichos residuos y sujetos al control del Centro de Coordinación. Las tasas de reciclaje han alcanzado, si no superado, los objetivos fijados a nivel internacional. También se consolidó un sistema de recogida dedicado, que en 2012 contó con la presencia de 3.672 puntos de entrega, potencialmente destinados al 94% de la población, con 240.000 toneladas tratadas y con la implicación parcial de los distribuidores en el sistema de recogida.

Los temas críticos, sin embargo, permanecen. El nivel porcentual de RAEE tratados es, de hecho, mucho más bajo que el producido y entregado. Casi un millón de toneladas de RAEE se producen cada año en Italia, es decir, 16 kg de residuos por habitante. De estos, se estima que 12 kg por habitante son entregados de alguna forma por los consumidores a los centros de acopio o distribuidores municipales (objetivo que la directiva pide alcanzar en 2019) y solo 4 kg son gestionados por los productores y por tanto contabilizados.

Tras un rápido crecimiento de la cantidad de RAEE tratados de forma óptima en el trienio 2008-2010, el sistema se atascó, tanto que, en 2013, la cantidad de RAEE eliminados correctamente fue incluso inferior a la de 2010.

Todo esto porque el sistema de consorcios se presenta fragmentado y difícil de controlar. Existe, en consecuencia, la presencia de un sistema de reciclaje y disposición paralelo, semi-ilegal o ilegal, que redunda en la producción insuficiente de materias primas secundarias, en la creación de vertederos ilegales, en la dispersión de materiales sólidos en el medio ambiente, líquidos y gases peligrosos para la salud pública o nocivos desde el punto de vista estético. La ilegalidad está muy extendida y muchas veces desemboca en incendios, como los que han caracterizado a la llamada Tierra de los Fuegos.

Por lo tanto, la Comisión solicita que el proyecto de decreto se acompañe de otras acciones del Gobierno encaminadas a minimizar los costes necesarios para la producción de materias primas y secundarias y para la eliminación de RAEE. Es necesario que los fabricantes de equipos eléctricos y electrónicos (AEE) calculen el ciclo de vida de sus productos desde la fase de diseño.

La selección entre los residuos destinados a tratamiento y los destinados a reutilización no podrá realizarse en los centros de recogida. Los centros normalmente no están autorizados para realizar esta subdivisión, ni cuentan con los conocimientos técnicos y competencias profesionales para hacerlo, por lo que se corre el riesgo de invalidar lo dispuesto en la ley.

Los productores de AEE deben estar obligados a indicar por separado en el precio cobrado al consumidor el monto de la contribución anual necesaria para la recolección, tratamiento, recuperación y eliminación, como ya ocurre con otras contribuciones ambientales (por ejemplo, boletos de avión).

Los sistemas colectivos, que pretendan realizar la gestión de RAEE procedentes de viviendas particulares, deberán cumplir unos requisitos mínimos, que se fijarán en el plazo de noventa días desde la entrada en vigor del decreto. El Gobierno hará todos los esfuerzos posibles para fomentar la máxima colaboración de los distribuidores y, en particular, la minimización de costes y la maximización de las oportunidades de fidelización de clientes asociadas a la recogida de RAEE en los puntos de venta.

Los distribuidores de AEE entonces solo tendrán que ocuparse de la publicidad adecuada, incluso con una visualización destacada en sus sitios web, sobre la posibilidad y la gratuidad de los sistemas de recolección.

 

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