Desde el pasado lunes 21 de agosto, 54 países se han despedido del secreto bancario, el intercambio automático de información en materia fiscal a nivel transnacional. El proceso de transición terminará en septiembre, cuando otros cincuenta países, entre ellos Suiza, ingresen al régimen cambiario.
Los ahorradores privados ya no podrán confiar en la confidencialidad de los bancos e intermediarios financieros en el extranjero. Además, las autoridades fiscales nacionales podrán comunicarse libremente entre sí, intercambiando información que hasta hace unos días se consideraba confidencial.
Todo lo relacionado con los datos personales de los titulares, el saldo y el número de cuenta y las tasas de rendimiento serán comunicados por el banco a la agencia tributaria del país en el que tiene su sede la entidad de crédito, la Agenzia delle Entrate en Italia.
Antes del 21 de agosto, todos los operadores financieros de los países adheridos al proceso de globalización fiscal debían remitir a sus respectivas administraciones tributarias todos los datos relevantes de las relaciones bancarias mantenidas para el año 2016.
La próxima fecha límite es el 18 de septiembre, fecha en la que los operadores financieros deberán registrarse en la sección "Fatca/Crs" del Registro Electrónico de Domicilios (Rei) dentro del Registro Tributario.
El adiós al secreto bancario está íntimamente ligado a la necesidad de limitar el fenómeno de la evasión fiscal y el uso de los llamados paraísos fiscales.
