Vamos chicos, la tierra es baja, dura, pero fascinante y hermosa, ¡y es la mejor ocupación que puede haber! Mi abuelo me decía: "Mira, Paoletto, durante la guerra, vendí un bosque y toda la familia se las arregló bastante bien". Quisiera partir de esta afirmación y de todas sus implicaciones.
La Tierra, la Familia, verdaderos Valores. En un momento histórico, en el que me parece que estamos otra vez en guerra, no en el sentido tradicional, por suerte y al menos para nosotros, y hemos perdido todo punto de referencia, la Tierra representa el único valor verdadero que podemos confiar y de la que podamos extraer todos los elementos para una vida mejor.
Considero que quienes se quedan en el campo tienen por delante un doble escenario: por un lado, trasladar valores tradicionales y ancestrales a las nuevas generaciones, por otro, poder mantener y desarrollar una actividad con los más modernos sistemas organizativos y tecnológicos disponibles.
La transferencia de los valores tradicionales es lo más difícil porque es una mezcla de la capacidad de hacer un trabajo, saber hacer una pieza con hierro sobre la marcha, dar de comer a un animal, entender cuando el forraje está listo para cortar el césped, o cómo encender una chimenea si la madera está verde y hace frío afuera, etc., etc.
¡Mil de estas cosas todos los días, todos los meses, todos los años! Me dirán: eres medieval porque los sistemas organizativos y la tecnología modernos están a tu disposición, ¡y puedes comprar lo que quieras! Pero cuestan mucho, como dicen mis hijos, y por tanto son difíciles de adquirir, a menos que tengas un bosque para vender o una póliza agrícola comunitaria de financiación a muy largo plazo a un interés casi nulo.
El endeudamiento ya ha sido una de las herramientas para el desarrollo de toda empresa desde el comienzo del mundo. El abuelo, el del bosque para que quede claro, decía: ¡si endeudas la tierra, estás acabado! Sea cual sea el tipo de préstamo que te ofrezcan, casi nunca es posible devolverlo en su totalidad porque un año llueve, otro está seco, luego baja el precio de los productos porque hay sobreproducción en América o China ya no compra maíz para las gallinas. … …. y cuantos mas quieres!
Entonces es difícil, complicado, luchado, pero único e irrepetible. Entonces cuál es la síntesis: mi pensamiento personal es conservar lo que uno tiene o lo que le queda a la familia, tratar de darle la dimensión adecuada a la propia realidad, familia, territorio, mercado; No esperéis ver vuestra tierra transformada en zona de edificación, porque ese sector estará paralizado al menos durante dos generaciones, porque hemos abusado demasiado de él, y tratad de encontrar un equilibrio aceptable entre tradición y tecnología, entre artesanía y lo digital.
En definitiva, hay que pensar a largo, muy largo plazo y tener en cuenta que por un lado hay una parte de consumidores dispuestos a gastar cada vez más para comer mejor los verdaderos productos de la tierra (calidad), y por el otro un número prácticamente infinito de personas que tendrá que comer para vivir y necesitará comida barata.
El reto está todo aquí queridos, hay que mantenerse, mejorar y posicionarse en uno de estos dos segmentos. Tu Comet Star es esto: ¡un ojo en el mercado (tu bolsillo), un ojo en el campo (tu empresa), un ojo en el tiempo (tu verdadero antagonista siempre)! Él dice: pero no tenemos tres ojos, cierto, ¡pero los dos que tienes los tienes que mantener abiertos las 25 horas del día! Y ahora vamos al jardín a ver qué está maduro para recoger.
