comparte

Brasil en riesgo de desindustrialización

Cae peso de la industria en el PIB y pronósticos a futuro alarman a economistas y empresarios - Apreciación del real, altos costos de producción y altos impuestos son las principales causas del fenómeno - Pero la presidenta Dilma Rousseff promete defender la industria nacional

Brasil en riesgo de desindustrialización

La industria no crece y crece la preocupación de economistas y empresarios por el futuro de la economía verde-oro. Porque si bien es cierto que Brasil ha experimentado un verdadero auge económico en los últimos años, en cambio existen muchas incertidumbres en cuanto al desarrollo industrial a mediano plazo.

En estos años, para impulsar el crecimiento económico de hecho, fue principalmente el consumo de la nueva clase media brasileña. Es la llamada clase C la que ve la entrada de nuevas masas de ciudadanos cada año: solo en 2011 fueron 2,7 millones. Y por primera vez la clase media ha alcanzado el 54% de la población total, unos 103 millones de personas. Se trata de decenas de millones de familias con una renta media mensual de 1.450 reales, unos 603 euros, una cifra muchas veces insuficiente para llevar una vida digna, pero suficiente para impulsar el consumo. Sin embargo, podrían sufrir un revés dado que las familias brasileñas están cada vez más endeudadas.

El temor de muchos analistas es que cuando se agota el impulso que proporciona el consumo, la economía puede frenar bruscamente. Para el desarrollo a largo plazo, es necesaria una industria que pueda generar ingresos y puestos de trabajo. Sin embargo, los datos de los últimos meses indican que la contribución de la industria al producto interior bruto está disminuyendo lenta pero constantemente.

Hay varias causas. Lapreciación de lo real es uno de los factores más importantes, al que hay que añadir la elevada fiscalidad y el constante aumento del coste de la mano de obra. Gracias a una moneda fuerte, el poder adquisitivo de los brasileños aumentó, al igual que aumentaron las importaciones. Al mismo ritmo, como se mencionó, también creció el consumo gracias a la mejora de los salarios, que sin embargo experimentaron un aumento proporcionalmente mayor que la productividad. Además de la mano de obra, los costos también se ven afectados por el alto precio de la electricidad: Brasil es el tercer país más caro del mundo.

también la cescasez de infraestructura (carreteras insuficientes, transporte ferroviario prácticamente inexistente, puertos y aeropuertos sobrecargados) dificulta aún más la expansión industrial. Finalmente, los impuestos merecen un capítulo aparte. Los empresarios están en pie de guerra y piden al gobierno desgravaciones fiscales y medidas de incentivo, también porque el dinero público a menudo se gestiona mal y no se invierte donde debería, alimentando así el círculo vicioso: las malas infraestructuras obligan a la industria a actuar con el freno de mano puesto.

La Presidenta Dilma Rousseff En días pasados, en una reunión con 28 empresarios brasileños, se comprometió a tomar todas las medidas necesarias para defender la industria nacional: "Tenemos que bajar los impuestos y los bajaremos", dijo Rousseff, quien entonces garantizó mayores inversiones estatales y es dijo estar listo para tomar todas las contramedidas para detener la "ola de liquidez" internacional. El presidente lo niega, pero podrían estar en camino nuevas medidas proteccionistas.

Revisión