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Iai, no solo sanciones: cómo repensar la estrategia de la UE en Rusia

IAI, 2014 INFORME SOBRE POLÍTICA EXTERIOR – “Sanciones graduadas por el comportamiento ruso, pero la puerta está abierta a la cooperación” – D'Alema: “Rechazar cualquier ataque a la integridad de los países exsoviéticos” – Frattini: “Los intereses europeos en Turquía están en peligro riesgo, Siria, Irán y Egipto” – Bonino: “El error estuvo en la falta de interconexión energética en Europa”.

Iai, no solo sanciones: cómo repensar la estrategia de la UE en Rusia

“Ante la escalada rusa en Ucrania, una actitud sumisa o complaciente sería contraproducente, pero también sería un error adoptar una estrategia basada únicamente en la contención y la disuasión”. Estas son las palabras de Ettore Greco, director del Instituto de Asuntos Internacionales (IAI), quien presentó hoy en Roma "Elegir contar", la edición 2014 del informe anual sobre la política exterior italiana. 

"Aunque en este momento la perspectiva de una asociación estratégica con Moscú parece extremadamente remota -se lee en el estudio-, la puerta debe permanecer abierta a la reanudación de la cooperación tanto en el campo económico como en el político estratégico", pero también debemos continuar en la política de sanciones, que, sin embargo, "para ser eficaz, tendrá que graduarse en relación con el comportamiento ruso". 

En la reunión de hoy también estuvieron presentes tres ex ministros de Asuntos Exteriores: Massimo D'Alema, Franco Frattini y Emma Bonino. El primero cree que Europa debe "rechazar cualquier ataque a la integridad de los antiguos países soviéticos, conteniendo la fuerte recuperación del nacionalismo y el espíritu de venganza que se está extendiendo en Rusia".

Por otro lado, D'Alema cree que el sistema de sanciones implica desequilibrios en el frente occidental, ya que “EE.UU. no cuesta nada, mientras que Europa arriesga mucho. De hecho, para Estados Unidos las sanciones representan incluso una oportunidad, porque en el futuro podrían aumentar las exportaciones de armas a Europa, donde también se abriría un nuevo mercado para el gas estadounidense”.

En cuanto a las posibles repercusiones en las relaciones con otros países estratégicos, Frattini argumenta que -si no se restablecen las relaciones con Moscú- los intereses europeos corren el riesgo de verse comprometidos también "en Turquía, Siria, Irán y Egipto". No solo eso: también habría que repensar buena parte de la "estrategia energética" de la UE, que beneficiaría "quizás a alguien más, ciertamente no a Europa".

Solo la cantidad de gas que Rusia exporta a Occidente le garantiza a Putin gran parte de su actual margen de acción política y militar. Por eso, Bonino subraya cuánto “ha pesado la falta de interconexión energética en Europa en la actual posición de debilidad de Europa: hoy los flujos de gas solo viajan de este a oeste, mientras que somos incapaces de bombear gas de oeste a este”. El resultado es que algunos países, incluida Italia no incluida, dependen en un 80, si no en un 100%, de los suministros rusos”.

Teniendo en cuenta estos factores, el IAI dice que la Unión Europea debería cambiar algunas de sus políticas. En primer lugar la estrategia hacia Rusia, con la que se debe "intentar un acuerdo sobre los roles respectivos en las áreas vecinas, repensando la Asociación Oriental y los proyectos de cooperación con los países de Europa del Este y el Cáucaso". 

En segundo lugar, según el Instituto habría que replantear "el reparto de cargas y responsabilidades a nivel transatlántico", poniendo "en armonía el papel de la OTAN y el de la UE en la región, para evitar peligrosos cortocircuitos". Un tercer frente de actuación es el de la "seguridad cooperativa", que debe pasar por "el relanzamiento o actualización de los distintos mecanismos de la OSCE y, si es posible, también de los actualmente congelados en la OTAN".         

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