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Los mercados comienzan a apreciar la Unión Bancaria Europea: una prueba analítica en tres bancos

Tras un recelo inicial, los mercados empiezan a apreciar la Unión Bancaria Europea de cara al lanzamiento de la Supervigilancia del BCE el 4 de noviembre - Test analítico realizado sobre tres bancos cotizados pero excluidos de la Supervisión Europea - el alemán Wuenstenrot y el italiano Credito Valtellinese y Credito Emiliano – habla claro.

Los mercados comienzan a apreciar la Unión Bancaria Europea: una prueba analítica en tres bancos

En 2010-2012, la Eurozona experimentó una segunda ola de la crisis global, esta vez interna, que contradijo las expectativas de que la recuperación de la repentina y pronunciada recesión de 2009 estaba en marcha. La nueva ola de crisis casi descarriló los mercados financieros y bancarios de los estados miembros de la eurozona, empujándolos de la integración a la resegmentación, ya que los inversores repentinamente valoraron los riesgos de los incumplimientos soberanos, que anteriormente se consideraban casi nulos, como grandes.

Los bancos han intensificado su vocación por mantener activos domésticos, mientras que las valoraciones que las bolsas de valores han hecho de los bancos han dado más peso a los riesgos soberanos. Además, las condiciones de financiación de los bancos que se han vuelto asimétricas entre los países periféricos y centrales han provocado efectos favorables a la segmentación. Como consecuencia de todo ello, el aumento de la prima de incumplimiento soberano se ha traducido en mayores costes de financiación incluso para las empresas no financieras de los países afectados por la crisis soberana. 

La segmentación del mercado bancario en la Eurozona ha planteado serios problemas por los efectos diferenciales de la política monetaria común, lo que ha llevado al Banco Central Europeo (BCE) a abordarla también con nuevas herramientas. Además, al amplificar las imperfecciones del mercado, la segmentación puede haber aumentado aún más la importancia del canal crediticio de transmisión de la política monetaria, aumentando así aún más el impacto diferencial de la política monetaria común en los países de la zona del euro.

Un simple vistazo a la evolución de los estándares crediticios según informa la Encuesta de préstamos bancarios (BLS), realizada por el BCE, nos dice que la oferta de préstamos de los bancos a las pequeñas y medianas empresas (PYME, el segmento corporativo más sensible a la evolución de las políticas crediticias bancarias) estaba alcanzando la neutralidad entre el segundo trimestre de 2009 y el primero de 2010 luego de la fuerte restricción de la oferta crediticia implementada entre el tercer trimestre de 2008 y el primero de 2009. En esta etapa, los estándares crediticios se movieron en la misma dirección para los que luego serían países periféricos/en crisis (Portugal, España, Italia y Chipre) y para los países que no están en crisis (Francia, Alemania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Eslovaquia y Eslovenia). 

Posteriormente, desde el segundo trimestre de 2010 hasta el segundo trimestre de 2012, se presentó una gran diferencia en cuanto al grado de restricción de la oferta crediticia entre los dos grupos de países. Si bien el grado de restricción no ha aumentado (o ha disminuido ligeramente) para los países que no están en crisis, ha comenzado a aumentar considerablemente para los países periféricos. Finalmente, desde el segundo trimestre de 2012 el grado de restricción ha ido disminuyendo y, no obstante, ha seguido una tendencia común entre los dos grupos de países. Es de suponer que la reducción de la oferta de crédito bancario durante la crisis ha contribuido a deprimir las economías de los países en crisis y de la Eurozona en su conjunto.

La Unión Bancaria (BU) se lanzó en 2012 precisamente para romper el vínculo pernicioso entre los soberanos y los bancos. Implica una transferencia de responsabilidades de la política bancaria del nivel nacional al de la Eurozona. La BU tiene dos componentes principales: el Mecanismo Único de Supervisión (MUS) y el Mecanismo Único de Resolución (SRM), a los que se debería haber añadido un Sistema de Garantía de Depósitos (Dis) común. Aunque también ha habido avances con el MUR, la introducción del MUS ha sido mucho más rápida y el BCE estará totalmente a cargo de él a partir del 4 de noviembre de 2014.

Para entender cómo los mercados están valorando la Unión Bancaria, Ferri y Pesic han identificado cuatro hechos relevantes, es decir, fechas en las que el BCE ha elaborado notas de prensa que han revelado a los mercados detalles importantes sobre el avance de la implantación del MUS o detalles cruciales sobre cómo estaba progresando.

Usando un análisis de estudio de eventos, los autores comparan los precios de las acciones de los bancos incluidos en el SSM con los de una muestra comparable de bancos de la zona euro que no cotizan en el SSM en torno a eventos identificados como noticias importantes. El principal hallazgo es que los mercados habrían pasado de un sentimiento negativo inicial hacia el SSM, una especie de reacción de pánico, para luego pasar, con una reacción más racional, a apreciar el SSM.

Más allá del análisis técnico, que sería difícil detallar aquí, la exclusión del MUS en junio de 2014 de tres bancos que estaban originalmente incluidos en la lista comunicada el 23 de octubre de 2013 permite comprobar indirectamente el grado de apreciación de el MUS por los mercados en esa fecha. Se trata de un banco alemán, Wuenstenrot, y dos bancos italianos, Credito Valtellinese y Credito Emiliano. 

La exclusión se hizo pública en un documento del BCE publicado el 26 de junio de 2014, aunque en este caso no hubo comunicado de prensa del BCE y no se puede descartar que la noticia se haya filtrado unos días antes. No obstante, es instructivo comparar el desempeño accionario de estos tres bancos con un punto de referencia de bancos comparables, de los mismos países, de tamaño y características financieras similares. Cada uno de estos tres bancos obtuvo un rendimiento inferior al de su renta variable de referencia tras la publicación del documento del BCE que sugería que, a partir de junio de 2014, los mercados ahora creían en la eficacia del MUS.

Estos resultados, por lo tanto, sugieren algunas conclusiones. La crisis de la zona euro de 2010-2012 había desencadenado un círculo vicioso entre la deuda soberana y los bancos. La Unión Bancaria (BU) se puso en marcha con el objetivo de romper ese círculo vicioso. Originalmente se pensó que la BU estaría compuesta por un trío coherente (armonioso) de innovaciones institucionales: Mecanismo Único de Supervisión (MUS), confiando la supervisión bancaria al BCE; Mecanismo Único de Resolución (MUR), para garantizar la igualdad de trato de las crisis bancarias en toda la zona del euro y reducir la carga sobre los contribuyentes; Esquema de Seguro de Depósitos (Dis) a nivel de la Eurozona. 

Según los estándares europeos, la BU se aprobó con bastante rapidez en 2012-2013. Sin embargo, el trío institucional avanzó a distinta velocidad. Por un lado, el SSM se aceleró más para estar en pleno funcionamiento a partir del 4 de noviembre de 2014. Por otro lado, el SRM ha sido aprobado, pero tardará doce años en alcanzar su plena funcionalidad y el DIS ha sido archivado debido a fisuras políticas.

Dado que el trío (Ssm-Srm-Dis) casi ha sido degradado a un solo (Ssm más un Srm recién nacido sin Dis) uno se pregunta si se han logrado las buenas intenciones de la BU. La mejor manera es evaluar esto tratando de entender cómo han reaccionado los mercados a las fases de implementación del MUS, la única verdaderamente completa de las tres instituciones.

Los resultados comentados anteriormente se obtuvieron mediante el seguimiento del flujo de información divulgado por el BBE de cómo estaba en la práctica asumiendo la responsabilidad del MUS. Así, se identificaron cuatro eventos entre octubre de 2013 y julio de 2014, fechas en las que el BCE difundió noticias relevantes sobre el MUS.

Comparar, mediante un riguroso análisis de eventos, los precios de las acciones alrededor de las fechas de los eventos de los bancos cotizados incluidos en el MUS con los de una muestra comparativa de bancos de la zona euro cotizados pero no incluidos en el MUS, siempre que se encuentren rendimientos atípicos (negativos) positivos, esto sugiere la aprobación (insatisfacción) de los mercados con el MUS y, a través de él, con la forma en que se está logrando la BU. Los resultados muestran que el SSM tuvo un doble impacto. Parece que los mercados no tomaron bien la fase inicial de implementación del MUS en octubre de 2013, mientras que poco a poco comenzaron a apreciar los siguientes pasos del MUS durante 2014.

La investigación adicional puede preguntar por qué los mercados estaban llenos de un sentimiento negativo inicial y luego apreciar el SSM. En particular, sería interesante distinguir si la insatisfacción inicial de los mercados derivó de las incertidumbres sobre el propio MUS o si provino de las dudas sobre los demás componentes de la BU (Srm y Dis). Un posible apoyo para la última hipótesis sería una invitación a los líderes políticos europeos para acelerar la implementación total del trío para evitar dejar a la BU en una configuración incoherente (en una cacofonía).

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