Un perdedor de tiempo, un jugador, un aficionado. Así habrían definido al ministro de Hacienda griego, Yanis Varoufakis, algunos de sus compañeros del Eurogrupo de Riga, por su forma de llevar a cabo las negociaciones con los acreedores internacionales. Esto es lo que trasciende de fuentes cercanas a la reunión, según informa una reconstrucción de Bloomberg.
Mientras tanto, el mes de abril también se está acabando y aún no hay acuerdo entre Grecia y las instituciones europeas: habrá que esperar a la reunión de ministros de Hacienda europeos del 11 de mayo para desbloquear la situación. Sin embargo, el tiempo se acaba, dado que Atenas tiene en su agenda unos 1 millones de reembolsos al FMI para la primera quincena de mayo (la fecha marcada en rojo es precisamente el día 12 del mes, que pesa unos 750 millones) y el dinero en efectivo es escaso. Prueba de ello es la decisión de Alexis Tsipras de requisar la liquidez de las entidades municipales y locales para hacer frente a las necesidades actuales: "Tenemos un problema de liquidez porque Grecia está financiando la deuda con recursos propios y en cambio, según los acuerdos existentes, debería ser refinanciado con ayudas”, dijo el ministro de Hacienda, Yanis Varoufakis, que esta mañana parecía haberse abierto a las prejubilaciones y privatizaciones.