L'Europa ganó la Copa Ryder de Golf contra Estados Unidos con un puntaje de 14,5 contra 13,5 haciendo un milagro, después de estar abajo 10 a 6. El desafío, un verdadero campeonato mundial entre el viejo y el nuevo continente, debe leerse como prueba de que cuando Europa está unida, se vuelve imbatible. Y sobre todo que, ante la adversidad, es capaz de reaccionar con sus propias fuerzas.
Además, en el equipo europeo había Inglés, escocés, irlandés, alemán, belga, italiano. Y el capitán, era español. En definitiva, todos los ingredientes originales que en esta particular etapa histórica hacen que los gobiernos se peleen y el viejo continente cruja. Y sin embargo, cuando el alemán Keymer aseguró la victoria de Europa sobre los EE.UU. y cuando nuestro Molinari remató con un empate sobre Tiger Woods, todas las barreras nacionalistas se han derrumbado y Europa celebra unida, consciente de que ha logrado un objetivo especial, único.
Habiendo derrotado a un escuadrón, los EE.UU., jugando en casa, en medio de un alboroto y un estadio de fútbol animando, es decir, cualquier cosa que se aleje de la sobriedad y la serenidad del golf europeo. Este hecho hace que la victoria de nuestros golfistas sea aún más redonda y notable.
Gracias, entonces, a nuestros abanderados de Ryder. Que los gobernantes, banqueros e industriales europeos tomen ejemplo. Sólo gracias a la solidaridad, la ayuda mutua, pero sobre todo gracias a la profesionalidad y la seriedad, Europa podrá volver a caminar por caminos seguros y ser competitiva a nivel mundial. Sobre todo contra todos aquellos que ya te dan por vencido y subestiman a las fuerzas "ocultas" del viejo continente. Los estadounidenses primero.