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Golf, Europa gana la Ryder Cup en nombre de Severiano Ballesteros. Súper Molinari contra Woods

Increíble remontada de los 'azzurri' en la tercera y última jornada - Molinari empató con Woods y se lleva medio punto decisivo para ganar.

Golf, Europa gana la Ryder Cup en nombre de Severiano Ballesteros. Súper Molinari contra Woods

Europa gana la 39ª Ryder Cup con una puntuación de 14,5 contra 13,5 de Estados Unidos. El milagro se produce en la tercera y última jornada, tras una serie de duras derrotas en dobles que pusieron a Estados en las condiciones idóneas para llevarse la copa a casa. Pero al final algo se rompió en los 12 jugadores europeos, espoleados por el capitán Josè Maria Olazabal. En nombre de Severiano Ballesteros, el gran campeón de España fallecido el año pasado, los chicos de Olazabal consiguen superarse en los últimos 18 hoyos y hacer algo nunca antes visto. Incluso Francesco Molinari, contra Tiger Woods, gana medio punto crucial para ganar.

Pero vamos en orden. El domingo por la mañana, en el Medinah de Chicago, Estados Unidos lidera 10 a 6, una ventaja aparentemente irrecuperable, al menos mirando hacia atrás en todas las ediciones hasta la fecha. De hecho, el secreto de Ryder está en los primeros partidos, los primeros 16 match play de parejas, 8 foursomes y 8 fourballs. Desde el viernes los americanos se muestran superiores, sobre todo en los greens y los europeos luchan por ganar algunos partidos. En la ovación del estadio, todos alineados a favor de EE. UU., un heroico Ian Poulter, el número uno Rory McIlory y un gran Justin Rose logran seguir el ritmo de sus oponentes, pero otros grandes campeones como Lee Westwood están completamente fuera de juego. Mientras que el frente estadounidense es compacto y está en gran forma: Keegan Bradley y Phil Mickelson están en un trance competitivo, Bubba Watson, Webb Simpson, Jason Dufner chocan por todos lados. Los únicos que pierden todos los partidos en dobles son Tiger Woods y Steve Stricker, dos capitanes de larga duración sin brújula en esta edición de la Ryder.

El último día, Olazábal juega sus cartas y, para el partido único, alinea a sus cinco jugadores más fuertes en las primeras cinco aperturas, pero el capitán de EE. UU., Davis Love III, hace lo mismo: Luke Donald y Bubba Watson comienzan primero, luego Poulter contra Webb Simpson, McIlroy contra Bradley, Justin Rose contra Mickelson, Paul Lawrie y Brandt Snedeker. Entre etapas alternas, los europeos logran ganar los 5 partidos. Justin Rose marca el punto de inflexión en el hoyo 17. El inglés está 1 abajo y coloca la bola en el green a 25 metros de la varilla, un camino muy largo para un golfista bajo presión. Desde esa distancia ya es un milagro si mete 2 putts, en cambio solo mete uno e iguala el marcador con Mickleson. En el 18 prácticamente empiezan de nuevo, pero en el último green Rose, de nuevo, no perdona y marca un birdie que le da la victoria. En ese momento algo hace clic en todos, probablemente la esperanza de hacerlo se hace más concreta. Sin embargo, los partidos no son obvios, de hecho, Dustin Johnson gana del belga Colsaerts y Zac Johnson gana contra el norirlandés Graeme McDowell. Sergio García y Jim Furyk siguen emparejados, mientras que Lee Westwood parece haber encontrado su toque contra Matt Kuchar. En paridad sustancial continúan Martin Kaymer y Steve Stricker, así como nuestro Francesco Molinari contra el monumental Tiger Woods. El boca a boca, sin embargo, llega a los oídos de los jugadores y funciona dentro de ellos: los 5 primeros lo lograron, no hay que rendirse y nadie se rinde. García increíblemente logra prevalecer sobre Furyk a los 18, Westwood no deja esperanza para Kuchar; al final todo queda sobre los hombros de Kaymer y Molinari. El alemán comete un par de ligerezas, pero al final le queda un putt de metro y medio para ganar el punto 14 para Europa y quedarse con la copa, porque en caso de empate se queda con el vigente campeón.

El ambiente está lleno de tensión, Kaymer cierra los ojos y dispara la pelota al hoyo. Es la explosión del gol decisivo en el Mundial, una alegría incontenible que embarga a todo el equipo y las banderas azules con las estrellas amarillas empiezan a ondear alto en la marea de barras y estrellas. En la cancha, a los 18, siguen estando Molinari y Tigre. El campeón se adelanta por 1, un largo par 4, pero pierde el green por el centro de la calle. Molinari, desde el búnker, logra colocar un espléndido hierro a unos diez metros de la bandera. Si el italiano empata, Europa no solo se lleva la copa a casa, sino que gana Ryder. Tiger hace un toque espléndido para correr, pero la pelota no entra en la tronera, le queda un putt corto para ganar, pero lo falla. El campeón es una sombra de sí mismo, pero no en el juego limpio. De hecho, con un gesto de gran deportividad, concede el hoyo a Molinari y la copa vuelve a ser europea. En la entrega de premios, las notas de la Oda a la Alegría de Beethoven conmueven a todos. Europa está ahí.

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