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Gmail: aquí viene la función "deshacer envío"

La novedad acude al rescate de los impulsivos, indecisos crónicos y cascarrabias que, a los treinta segundos de haber enviado un email, podrán cancelarlo. De esta forma, los usuarios podrán cancelar sus mensajes más precipitados e instintivos.

Gmail: aquí viene la función "deshacer envío"

Un refugio para los impulsivos, una vía de escape para los indecisos crónicos y los pensadores en serie, un escudo tecnológico para protegernos de nosotros mismos. Muy pronto gmail, el gigante del correo electrónico con la marca Google, ofrecerá a sus numerosos usuarios un nuevo servicio: la posibilidad de cancelar el envío de un correo electrónico en un plazo máximo de treinta segundos.

Poco tiempo, pero sigue siendo útil. Al menos en los primeros casos de arrepentimiento, aquellos en los que el mero gesto de pulsar la tecla enter, a través del cual nos damos cuenta de nuestra fantasía, es capaz de advertirnos de que esa fantasía no es un movimiento correcto.

Y luego, al revés. Volvemos, y amigos como antes. Vamos a ser capaces de comer nuestras palabras vitriólicas a un jefe arrogante o un subordinado holgazán, o nuestras confesiones de amor (quién sabe si habrá alguien que se confiese por correo electrónico) o nuestro comentario desagradable sobre un amigo que al fin y al cabo no lo es tanto.

A la inversa, para escapar de una de las trampas más comunes cuando nos comunicamos por correo electrónico: el temido y sonado "responder a todos" en los correos electrónicos grupales, cuando en realidad te gustaría responder solo a alguien.

Piénsalo de nuevo, pues, porque muchas veces el primer pensamiento no es suficiente y treinta segundos más, aunque no sean una noche, pueden traerte un consejo. Porque está en la naturaleza humana actuar por impulso e inmediatamente arrepentirse. Porque solo el envío hace que nuestras cavilaciones sean reales y solo en ese momento podemos finalmente darnos cuenta de que el fruto de nuestros pensamientos más instintivos está destinado a permanecer en una forma escrita y perpetuamente inmutable.

En ese momento no podremos retractarnos y no podremos decir que nos han malinterpretado (aunque lo intentaremos de todos modos). La tarjeta canta. A partir de hoy, sin embargo, aunque no podamos contar hasta diez antes de hacer algo, podremos contar hasta treinta después de hacerlo. Y luego retíralo todo.

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