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Giro: pinchazo y jurado envían a Porte en picada

Día dramático para el tasmano: pincha y llega a meta 47" tarde de Contador y Aru - Luego el jurado lo penaliza otros 2 minutos por haber recibido la rueda de Clark, compatriota amigo pero de otro equipo - Victoria en Forlì por Nicolás Boem.

Giro: pinchazo y jurado envían a Porte en picada

Nunca dejes que un compatriota te dé una rueda, aunque sea un amigo generoso en la vida cuando la camiseta que lleva puesta es de otro equipo. Aquí el psicodrama de Richie Porte explota en la etapa más fácil del Giro sobre el papel, todo plano como una mesa de billar. Sin caídas, solo un pinchazo en el encontronazo final que se convierte en derrota en la llegada de quien hasta ayer figuraba entre los grandes favoritos del Giro y que hoy, cuando el Giro pone rumbo a Imola, se ve relegado del tercer al duodécimo puesto en la clasificación general con una diferencia de 12'3” con el maillot rosa siempre a hombros de Alberto Contador. 

Tarde maldita de calor en Romaña para el Tasmania del Team Sky que ve al grupo de Contador y Aru a toda velocidad como un tren, a más de 55 km/h, con los equipos de velocistas como Greipel y Modolo persiguiendo a un cuarteto de fugitivos a la vista de la línea de meta. Ya no hay tiempo para el juego limpio, incluso si uno quisiera. Porte pone un pie en el suelo con solo 6 km para el final y está desesperado porque los segundos se sienten como minutos. 

En el desconcierto del momento, no es su compañero quien le da el volante para sustituir el pinchado sino Simon Clark, ex maillot rosa, un canguro de Oceanía como Porte, solidario continental del libro "Corazón" pero no permitido según a las leyes del Giro y por lo tanto punible: el líder del equipo Sky vuelve a subirse a la silla, lo esperan cuatro compañeros, intenta reconectar el grupo pero no puede hacerlo porque ahora estamos dentro del municipio de Forlì. Cuando Porte cruza la línea de meta en el puesto 150, han pasado 47” desde la llegada del pelotón con Contador, Aru, Uran y todos los demás. 

Un retraso que sería aceptable, dadas las circunstancias en las que se produjo, pero que se convierte en un abismo cuando el jurado examina su caso sancionando a Porte (y también a Clark) con 2 minutos de penalización por "asistencia no reglamentaria a un corredor de otro equipo".

El Giro per Porte no está perdido, pero ganarlo parece cada vez más difícil desde ayer. De su lado está la contrarreloj prosecco de Valdobbiadene en la que el tasmano podría sacarle ventaja a Contador y Aru, pero tres minutos es un abismo en un Giro que hasta ahora se ha disputado al borde de los segundos. 

La desventura de Porte acabó eclipsando la bonita victoria de Nicola Boem del Team Bardiani que en un sprint totalmente italiano quemó en la meta de Forlì a sus tres compañeros de fuga: por ese orden Matteo Busato, Alessandro Malaguti y Alan Marangoni.

Los cuatro eran buenos para no dejarse atrapar por el gran grupo, donde acechaban los grandes velocistas. Los tres súper favoritos a la victoria de etapa tuvieron que conformarse con la disputa por el quinto puesto con Nizzolo que precedió a Modolo y Greipel, el alemán vencedor en Castiglione della Pescaia pero que ayer en Forlì, la ciudad de un gran pasado como Ercole Baldini, parecía un Gorila bastante abatido ayer.

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