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Giro: Brambilla y Roglic protagonistas en Chianti

El italiano defiende el maillot rosa en la contrarreloj ganada por sorpresa por el esloveno. Los grandes penalizados por la lluvia y el viento: decepcionando a Dumoulin que gana solo unos segundos a Nibali y Valverde. Cancellara termina cuarto, luego decide retirarse. Descanso hoy, mañana meta en subida en Sestola.

Giro: Brambilla y Roglic protagonistas en Chianti

Primoz Roglic vencedor de la contrarreloj con los grandes favoritos que no entran ni en el top ten del orden de llegada. Gianluca Brambilla sigue en la plantilla marcando un mejor tiempo que el de Nibali. Incluso el ciclismo, al menos durante un fin de semana en el Giro, quiere seguir al fútbol imitando la historia del pequeño Leicester que vence a todos los gigantes de la Premier League. ¿Qué pasó en Chianti? Más que las piernas, fue la lluvia torrencial la que ocupó el lugar del sol cuando los mejores clasificados empezaron a decidir el destino de la carrera.

Todo es cierto y todo el mundo está de acuerdo: Nibali y Valverde se aseguraron ante todo de no chocar, evitando daños que pudieran haber hecho peligrar la continuación del Giro. Uran y Zakarin sabían algo al respecto -el ruso estaba a punto de marcar el mejor tiempo- mientras caían al suelo, traicionados por el asfalto resbaladizo como una pastilla de jabón. La cautela de Nibali y Valverde se justificaba también por el hecho de que Dumoulin, el gran favorito, aparecía lejos de la locomotora holandesa que ganó la primera minirreloj del Giro en Abeldoorn, frenada quizá más ayer que por el aguacero del flop de el camino de tierra Alpe de Poti que le costó el maillot rosa.

Dumoulin, en la etapa en la que tuvo que destrozar a sus rivales, logró una ventaja de 15” sobre Nibali y 26” sobre Valverde. Mikel Landa, que temía la contrarreloj por no ser un especialista, también aprovechó para acotar a 7” el retraso de Nibali e incluso ganar 4” a Valverde. Un resultado que de inmediato mejoró las cotizaciones del español del Team Sky que las casas de apuestas otorgan ahora a 2,75 a la par de Nibali -con Valverde tercero popular a 6- en las apuestas al ganador final de un Giro que aún está lejos de haber identificado a su dueño.

Gianluca Brambilla, contable de Bellano, que también lo dio todo sobre el asfalto reluciente y empapado de agua, que tras conquistar el maillot rosa en Arezzo lo defendió con los dientes en la contrarreloj, tanto que marcó un tiempo algo inferior al de Dumoulin.

Fue una tarde de pasión en el escenario de llegada a Greve in Chianti para Primoz Roglic que se sentó durante horas en la silla reservada para el primer virtual a la espera de quien pudiera marcar un tiempo mejor que su tiempo fijo de 51'45”, a pesar de algunas mecánicas resueltas en la carretera, una actuación celebrada poco después de la hora del almuerzo cuando el sol aún iluminaba las famosas colinas que rodean Florencia. Este esloveno, del que poco o nada se sabía antes de la minirreloj inaugural, reapareció en el protagonismo del Giro cuando prácticamente hizo el mismo tiempo que Dumoulin que calzó el maillot solo gracias a una centésima de segundo.

Se revela que estaba en la primera contrarreloj de su carrera de más de 10 kilómetros. Hasta hace unos años practicó otro deporte: saltos de esquí. Cambió al ciclismo durante algunos años convencido de que podía hacerlo mejor en la silla de montar que en el trampolín, pero hasta ahora no había hecho mucho. Pero la esperanza de un éxito increíble creció a medida que seguían las llegadas. No era poca cosa que ya había batido por 10” a un ex-récordman de la hora como el austriaco Mathias Brandle Brandle (que acabará segundo).

Detrás de él por 28” también estaba un gigante del ciclismo y de las contrarreloj como Fabian Cancellara (que terminará cuarto). Otro noruego completamente desconocido con un nombre imposible, Vegard Staeke Laengen, estuvo cerca pero solo fue tercero. Pero estaban a punto de empezar los nombres más esperados, los que competían por ganar el Giro. Roglic esparce sonrisas pero sigue sin creer que pueda ganar. Pero el cielo acude en su ayuda: grandes nubes bajas y negras comienzan a descargar balsas de agua en los 40 km de recorrido en las subidas y bajadas del Chianti mientras se levanta un viento cada vez más fuerte.

Las bajadas asustan más que las subidas. Las noticias sobre tiempos parciales hablan de una disminución general en el rendimiento. Incluso el temido Dumoulin corre más lento que Roglic. En meta marca un tiempo 1'58” superior, finalizando 15º. Mejor que Dumoulin es también el luxemburgués de 23 años Bob Jungels, maillot blanco de líder juvenil, que finaliza sexto a 45” de Roglic y que también podría convertirse en el nuevo maillot rosa.

Nibali se defiende admirablemente en el infierno de la etapa finalizando muy cerca de los tiempos de Dumoulin pero lejos de los del esloveno: 19º a 2'13 de Roglic que empieza a anticipar el milagro. Valverde y Landa acaban por detrás de Nibali, con tiempos todos cerrados en unos pocos segundos. Aún faltan las llegadas de Zakarin y Brambilla. El ruso se anuncia con splits récord. Emoción y suspenso sobre el escenario, la victoria de Roglic vuelve a estar en juego, pero este domingo los dioses del ciclismo están todos del lado del esloveno: Zakarin arriesga su vida persiguiendo la gloria y la supremacía, pero cae dos veces y tiene que renunciar a los sueños de victoria.

En meta sólo es 54º a 3'51” de Roglic. De los hombres de la clasificación, por otra caída, sólo Rigoberto Uran lo hizo peor que Zakarin, a más de 4 minutos del esloveno que ahora es el vencedor seguro. Al final, solo se espera a Brambilla: el maillot rosa no está en juego. El lombardo, ya brillante quinto en la contrarreloj de Barolo ganada por Uran en el Giro de 2014, la vencida por Nairo Quintana, repitió una actuación extraordinaria dadas las condiciones meteorológicas. Dirigido y alentado durante toda la carrera por su team manager Etixx-Quick Step, Davide Bramati, cruzó la línea de meta con un tiempo de sólo 7” más rápido que Dumoulin, finalizando 17º a 2'05” de Roglic.

Lo justo para defender un segundo la maglia rosa del asalto de Jungels. Hoy el Giro se detiene por segunda jornada de descanso. El cuento de hadas del contador continúa, de hecho se duplica con el del ex saltador de esquí que viene de Eslovenia. La caravana, tras una contrarreloj sin selección, volverá a ponerse en marcha mañana rumbo a la meta de Sestola. No habrá Cancellara que haya decidido retirarse debilitado por la gripe que le azotó en Holanda. Con Kittel es otra pieza valiosa que sale de escena de un Giro con una clasificación cada vez más corta.

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