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Génova, Autostrade: ¿parada a la concesión y red a Anas?

La caducidad de la concesión de la autopista es larga, compleja y costosa y por ello el Gobierno evalúa la hipótesis de un bombardeo para quitarle de inmediato la gestión de la red a la empresa Benetton pero con riesgos aún mayores de litigio y de autogol

Génova, Autostrade: ¿parada a la concesión y red a Anas?

“Los de Atlantia nunca más gestionarán nuestros puentes y nuestras carreteras”. Más perentorio que eso la línea dura del viceprimer ministro y líder del Cinco Estrellas Luigi Di Maio contra Atlantia-Autostrade no puede ser Y después de todo, a pesar de los intentos más suaves del líder de la Liga Norte y viceprimer ministro Matteo Salvini, desde el primer momento el primer ministro Giuseppe Conte había dejado claro que, a pesar de su formación legal, las sirenas de la justicia sumaria lo habían seducido de inmediato, en a pesar del estado de derecho: “No podemos dejar de iniciar la revocación (Ed. luego clasificado como decadencia) de la concesión de la autopista".

EL RIESGO DE INDEMNIZACIÓN

Pero la paralización de la concesión (con la simultánea provisión de criterios para la compensación del concesionario sobre el que deberían estar flotando 20 millones) no es tan simple como los verdugos del gobierno verdeamarillo quieren hacernos creer. Así lo recordaba ayer, en las columnas del Sole 24 Ore, Luisa Torchia, profesora titular de Derecho Administrativo de la Universidad Roma Tre y alumna del jurista Sabino Cassese: "El cumplimiento de las normas exige que primero determinar el incumplimiento y que puede ser enteramente atribuido al concesionario, porque sin esta presuposición toda la eventual actividad subsiguiente estaría desprovista de base y sustancia y vendría fácilmente involucrado en litigio"La Alquitrán y llegar a un Consejo de Estado, hasta el Tribunal Europeo.

LAS RAZONES DEL COLAPSO

En fin, más allá de las denuncias penales de las que se encargará el Poder Judicial, no basta decir que el Puente Morandi se ha derrumbado para identificar a los culpables, sino que hay que entender si el derrumbe se debió a errores de diseño o desde cheques perdidos o desde mantenimiento deficiente o defectuoso. No es casualidad que el Ministro de Infraestructura, Danilo Toninelli, haya puesto en marcha una comisión especial ad hoc a la que Atlantia dispone de 15 días para presentar sus contraargumentos a los cargos que le serán atribuidos. El Gobierno dice seguro que puede probar la negligencia grave de Autostrade por falta de mantenimiento del Puente Morandi pero la empresa del grupo Atlantia intentará demostrar la fuerza mayor.

NO REVOCACIÓN SINO PÉRDIDA DE CONCESIÓN: LOS TIEMPOS SON LARGOS

En caso de que Autostrade rechazara las objeciones a sus actos, el Gobierno podría, en un plazo no menor de 90 días, advertirla para que cumpla con sus obligaciones y, en caso de una nueva negativa, adoptar una revocación de la concesión después de otros 60 días, "sujeto a determinación y pago de la indemnización".

"En ausencia de delimitación precisa de las responsabilidades del concesionario – agrega Torchia – incluso la continuación del procedimiento se vuelve difícil, porque no se sabría definir el contenido del escrito de notificación: ¿qué podría imponer el concedente al concesionario? No habría posibilidad de impugnar la continuación del incumplimiento y de solicitar la adopción de una disposición de caducidad. A no ser que –concluye sarcásticamente Torchia– el procedimiento no se entienda como un mero trámite, cuyo resultado ya está escrito y predeterminado”, en muchos aspectos del Estado de derecho.

¿ASEGURAR LA GESTIÓN A ANAS? SIN PERSONAL

La forma de caducidad de la concesión es, por tanto, largo, caro y lleno de muchos problemas pero incluso un posible divorcio de Autostrade no sería tan fácil. Por qué la identificación de un nuevo gerente – ser elegido con una licitación europea – requeriría al menos dos años y mientras tanto vendría la actividad de Autostrade resumido por el Estado a través de Anas pero no las habilidades técnicas y el personal para administrar un negocio tan complejo.

A no ser que, tras los fuegos artificiales de la madrugada, el Gobierno haga un nuevo cálculo de costes y beneficios y busque un compromiso más transparente con los enemigos de Autostrade. Pero ese no es el ambiente y ayer se filtró la indiscreción de que, para acortar tiempos y problemas de procedimiento, el Gobierno estaría evaluando -como escribe esta mañana La Repubblica- un bombardeo para cancelar la misma concesión con una nueva ley, eliminando inmediatamente la gestión de la red de Autostrade. En este caso el enfrentamiento legal se volvería gigantesco y los riesgos de un gol en propia (costas y apelaciones) son aún más inminentes.

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