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Gas: el biometano no despega

Denuncia de Legambiente, que pide un aumento de plantas especialmente en el Sur - 1.600 plantas de biogás en funcionamiento en toda Italia - Muchas rigideces que eliminar

Gas: el biometano no despega

Un año, casi dos, pero el biometano aún no se ha convertido en el favorito de los italianos. Desde 2018, las redes pueden transportar este combustible derivado de residuos y lodos agroalimentarios, pero se necesitan otros impulsos para aumentar el consumo. Las empresas se están moviendo y, a pesar de tener un objetivo potencial de 10 mil millones de metros cúbicos para distribuir en los próximos años, son lentas. En la cuenta también una brecha Norte-Sur en plantas, producción y cultura corporativa. Un impulso en estos días de entusiasmo sostenible por un mayor uso del biometano es Legambiente, cuyos cálculos prevén una cobertura del 10% anual de gas natural. El horizonte es el fatídico 2030 con trascendencia internacional, una apuesta y sugerencia para gobiernos, empresas energéticas, movimientos ecologistas.

Italia -dice la organización verde- juega una apuesta con "importantes ventajas, considerando que el biometano permite afrontar uno de los retos más difíciles de la descarbonización, el de la movilidad y el transporte". ¿Quién tiene que intervenir? Para los ambientalistas partimos de algunos prejuicios, con acciones del gobierno y las Regiones para incentivar la creación de nuevas plantas. No obstante hay hoy 1.600 plantas de biogás, y somos el segundo mayor productor de biogás en Europa y el cuarto en el mundo. El potencial de 10 mil millones de metros cúbicos está a poco más de veinte años. Al menos ocho mil millones de metros cúbicos provendrán de fuentes agrícolas, equivalentes a alrededor del 10% del requerimiento anual actual de gas natural y dos tercios del potencial de almacenamiento de la red nacional.

La situación del biometano hay que verla en el mercado del gas natural, con la gran disponibilidad, los contratos de suministro y, por último, pero no menos importante, las valoraciones comerciales de las empresas distribuidoras sobre la oportunidad de introducir la materia prima en la red. Los incentivos otorgados hasta ahora también están sobre la mesa. Para el gerente general de Legambiente Giorgio Zampetti, el decreto del 2 de marzo de 2018, que introdujo nuevos incentivos para la producción de biometano destinado al sector del transporte, es una excelente herramienta. Aún quedan cuatro años, porque las concesiones terminan en 2022 para volver a subir.

Sin embargo, la legislación indica una tendencia de crecimiento del 9% en 2022. Emilia Romaña se confirma como la Región más convencida con decenas de productores agrícolas y buenas prácticas copiadas por planificadores y técnicos. En relación con la producción agrícola y los residuos gestionados, cada Región debe encargarse de supervisar la cadena de suministro sin dudarlo. Sería una señal "pública", a transmitir, incluso a aquellas empresas distribuidoras de gas que muestran frialdad en introducir biometano en la red. El Sur, de nuevo como oportunidad técnica y comercial a aprovechar. En Calabria solo hay una planta cerca de Cosenza, mientras que Legambiente (y no solo) imagina ver siquiera una construida para cada provincia. Se puede hacer.

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