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Franco Bernabè: “La separación entre infraestructura de red y servicios es irreversible en telecomunicaciones”

Publicamos la última parte del informe del expresidente de Telecom Italia, Franco Bernabè, sobre los desafíos y perspectivas de las TIC en los próximos 25 años realizado en el congreso Cefriel en el Politécnico de Milán – Tlcs aún puede volver al centro de las TIC pero deben saber adaptarse a los cambios tecnológicos que acompañan al desarrollo de nuevas redes

Franco Bernabè: “La separación entre infraestructura de red y servicios es irreversible en telecomunicaciones”

En el sector de las telecomunicaciones, el proceso de “mercantilización del hardware” se ha desarrollado en paralelo con el proceso comúnmente denominado separación de infraestructura y servicios. Este proceso ha hecho que hoy las redes de banda ancha, gracias a las cuales se accede a Internet, se utilicen como plataforma a través de la cual sujetos que no disponen de redes de telecomunicaciones (Skype, Google, Facebook) reemplazan a los operadores de telecomunicaciones para ofrecer servicios a fin de usuarios 

Este es un proceso que lleva ya un tiempo que he tenido la oportunidad de afrontar y profundizar en reiteradas ocasiones, la más reciente en el libro que publiqué el año pasado, donde, además, he tenido la oportunidad de detenerme en el hecho de que la competencia intersectorial entre sujetos pertenecientes al mundo de las telecomunicaciones y sujetos pertenecientes al mundo Over The Top se encuentra hoy distorsionada por las fuertes asimetrías regulatorias existentes entre Europa y Estados Unidos en cuanto a la legislación vigente en materia de protección de la privacidad y datos personales proteccion. Sin embargo, un estudio en profundidad de estos temas requeriría una conferencia ad hoc. 

En cuanto al desarrollo del sector de las telecomunicaciones en los próximos 25 años, me inclino a pensar que el paradigma de separar infraestructuras de servicios es un proceso absolutamente irreversible. Al mismo tiempo, sin embargo, creo que los servicios que hoy se ofrecen a través de Internet o el potencial ligado a la creación e implantación de servicios de mayor valor añadido como la e-salud (es decir, servicios más sensibles tanto en términos de seguridad, prevención de fraudes y disfunciones, tanto en la confidencialidad de la información transmitida) se ven hoy penalizados y frenados por niveles de calidad del servicio que, precisamente en virtud de la evolución indiferenciada e indistinta de la red Internet, tienden a uniformarse a la baja. 

Por lo tanto, existe una oportunidad para que los operadores de telecomunicaciones se presenten como sujetos capaces de brindar una serie de garantías y resguardos que satisfagan las necesidades de los diferentes servicios y diferentes usuarios. Los operadores de telecomunicaciones que ofrezcan servicios que respondan a las distintas necesidades específicas de los distintos servicios, es decir, tendrían la posibilidad de realizar el proceso de generalización del hardware a la inversa. Un proceso que no implica la vuelta a un pasado en el que cada servicio correspondía a una red diferente sino la evolución hacia una única red capaz de adaptarse con flexibilidad a las necesidades de los distintos servicios. 

Los operadores de telecomunicaciones deben recuperar las oportunidades de diferenciación que ofrecen los equipos y la tecnología en uso hoy en día. La única manera de intentar devolver valor a las infraestructuras es a través de su diferenciación y explotación de su potencial intrínseco. En aspectos relacionados con la calidad de los servicios garantizados, la seguridad, el respeto a la confidencialidad, los operadores de telecomunicaciones gozan de un liderazgo ampliamente reconocido. De hecho, en este ámbito ya estamos hablando del importante papel que podrían jugar los operadores de telecomunicaciones dentro del naciente sector de la gestión de las llamadas identidades digitales. 

Para poder labrarse un papel en el sector TIC del mañana que no sea solo el de bit carrier, los operadores de telecomunicaciones deben, por tanto, en mi opinión, centrarse en la diferenciación y especificidad de los servicios ofrecidos que no necesariamente tienen otorgar con los de un solo servicio pero que también pueden referirse a un conjunto de servicios con necesidades y características similares. 

Las TIC son un sector increíblemente dinámico que ha sido capaz de cambiar a otros sectores pero sobre todo ha sido capaz de cambiarse a sí mismo. El progreso tecnológico representa la variable exógena que el sector es incapaz de controlar. Lo que es aún más increíble, sin embargo, es que los mismos sujetos que más han contribuido en términos de recursos financieros y tecnológicos a la construcción de Internet, no hayan sido capaces de anticipar e interpretar correctamente las consecuencias de mercado desencadenadas por el advenimiento de Internet. En la primera década del siglo pasado, los operadores de telecomunicaciones se concentraron en el nivel de red, es decir, en el único nivel que habían considerado digno de su atención por ser el único que implicaba el tipo de inversión en infraestructura a la que estaban acostumbrados los operadores de telecomunicaciones. durante más de un siglo. La historia les ha demostrado que estaban equivocados. 

Hoy el valor está en otra parte. Y una vez más no es de extrañar que aún hoy la oportunidad de crear valor esté donde existe la posibilidad de diferenciarse y ofrecer a los clientes algo diferente a lo que pueden ofrecer los competidores. No hay vuelta atrás: el hardware ha perdido gran parte de su valor, los servicios y las infraestructuras han perdido ese vínculo intrínseco que había caracterizado el siglo pasado. Sin embargo, esto no significa que las redes y los operadores de red no puedan ofrecer algo más en cuanto a aquellas características accesorias que pueden marcar la diferencia para un servicio de telecomunicaciones. 

El reto de los operadores de telecomunicaciones hoy es acompañar el desarrollo de nuevas infraestructuras de redes fijas (redes de fibra óptica) y redes móviles (redes LTE) con mejores prestaciones, sin perder de vista el objetivo final que debe ser ofrecer nuevos servicios capaces de crear valor añadido. para el cliente final (disposición a pagar). En el campo de las TIC, las ventajas competitivas se construyen en unos pocos trimestres. Los operadores de telecomunicaciones deberán intentar aprovechar la transición a las nuevas redes para construir de inmediato un ecosistema de servicios del que formen parte integrante, también en virtud de que son los únicos sujetos con derecho a modelar el desempeño de estos nuevas redes en función de las necesidades específicas de los servicios. 

Aunque no es fácil imaginar cuáles serán los desarrollos futuros del sector, lo que podemos decir con certeza es que la innovación y el dinamismo que las TIC son capaces de generar seguirán jugando un papel fundamental en el crecimiento de las economías occidentales. Por lo tanto, volver a colocar a los operadores de telecomunicaciones en el centro de este proceso debe considerarse un objetivo prioritario desde el punto de vista de la competitividad y el bienestar de todo el sistema país.

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