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Fotografía: Inge Morath. Instantáneas de la vida de Nueva York expuestas en Milán

Fotografía: Inge Morath. Instantáneas de la vida de Nueva York expuestas en Milán

Fino 1 de noviembre de 2020, el Museo Diocesano Carlo Maria Martini de Milán acoge una retrospectiva dedicada al fotógrafo austriaco Inge Morath (Graz, 1923 – Nueva York, 2002), la primera mujer en ser aceptada en la agencia Magnum Photos.

La iniciativa se enmarca en la programación cultural Aire de Cultura talentos de las mujeres, promovido y coordinado por la Municipalidad de Milán.

A través de 150 imágenes y documentos originales, la exposición, comisariada por Brigitte Blüml – Kaindl, Kurt Kaindl y Marco Minuz, producida por Suazes, Fotohof y Magnum Photos, con el apoyo del Austrian Culture Forum, con el apoyo de Rinascente, IGP Decaux media partner, vuelve sobre el ser humano trayectoria e inquietudes profesionales de Inge Morath, desde sus inicios junto a Ernst Haas y Henri Cartier-Bresson hasta la colaboración con prestigiosas revistas como Picture Post, VIDA, Paris Match, Saturday Evening Post e Vogue,, a través de sus principales relatos de viaje, que elaboraba con esmero maníaco, estudiando la lengua, las tradiciones y la cultura de cada país al que iba, ya fueran Italia, España, Irán, Rusia, China, al punto que su marido, el famoso el dramaturgo Arthur Miller, recordó que "Tan pronto como ve una maleta, Inge comienza a empacarla".

El itinerario expositivo da cuenta de esta inclinación suya, presentando algunos de sus reportajes más célebres, como el realizado en Venecia en 1953, con imágenes tomadas en lugares menos frecuentados y en los barrios populares de la ciudad lacustre, que se casan la tradición fotográfica de la agencia Magnum para retratar a las personas en su día a día. Algunas ambientaciones surrealistas y algunas composiciones fuertemente gráficas son una referencia explícita a la obra de su primer mentor, Henri Cartier-Bresson.

Las imágenes de Inge Morath reflejan sus necesidades más íntimas, pero al mismo tiempo son como páginas de su diario de vida, como ella misma escribió: “La fotografía es esencialmente un asunto personal: la búsqueda de una verdad interior”.

El itinerario de Inge Morath continúa en España, país que visitó con frecuencia, a partir de 1954 cuando recibió el encargo de reproducir unos cuadros para la revista de arte francesa L'Oeil y para retratar a la hermana de Pablo Picasso, Lola, a menudo reacia a ser fotografiada, pero también de la Rumanía comunista, su Austria natal, el Reino Unido.

No podía faltar una sección dedicada a París, uno de los 'lugares del corazón' de Inge Morath, donde conoció a los fundadores de la agencia Magnum: Henri Cartier-Bresson, David Seymour y Robert Capa. Como la fotógrafa más joven de la agencia, le dieron trabajos menores en la capital francesa como desfiles de moda, subastas de arte o fiestas locales; sin embargo, su interés por los aspectos bizarros de la vida cotidiana emerge claramente en estas imágenes. 

Inge Morath, Una llama en Times Square, Nueva York, 1957, © Fotohof archive/Inge Morath/ Magnum Photos

El sueño de Inge Morath siempre fue visitar Rusia. Se acercó a este país estudiando su cultura y aprendiendo su idioma antes de su primer viaje, que tuvo lugar en 1965, en compañía de su marido, Arthur Miller, entonces presidente del PEN club, asociación internacional no gubernamental de escritores, en la que tuvieron la oportunidad de visitar a artistas e intelectuales rusos oprimidos por el régimen, así como realizar programas oficiales. De ese viaje nació una gran obra fotográfica que en los años siguientes se enriqueció con otro material recogido en otras ocasiones.

La gira mundial ideal con Inge Morath continúa en Irán, donde logró profundizar en el conocimiento de esa región, moviéndose dentro de la dimensión femenina y captando la relación entre las viejas tradiciones y las transformaciones desencadenadas por la sociedad industrial moderna en un entorno fuertemente patriarcal e idealmente cerrado. en Nueva York donde en 1957 realizó un reportaje en nombre de Magnum. 

En este periodo Inge realiza fotografías de la judería, de la vida cotidiana de la ciudad, así como retratos de artistas con los que entabla amistad. Nueva York, como lo demuestra el libro del mismo nombre publicado en 2002, seguirá siendo un lugar importante a lo largo de su vida.

Inge Morath, Self-Timer, Jerusalén, 1958, © Fotohof archiv/Inge Morath/ Magnum Photos

Después de su matrimonio con el escritor Arthur Miller en 1962, Morath se mudó a una granja antigua y aislada en Roxbury, a unas dos horas en automóvil desde Nueva York. Un lugar de campo alejado del bullicio de la ciudad, donde crió a sus dos hijos Rebecca y Daniel.

La exposición también da un amplio espacio al retrato, tema que la ha acompañado a lo largo de su carrera. Por un lado, se sintió atraída por celebridades, como Igor Stravinsky, Alberto Giacometti, Pablo Picasso, Jean Arp, Alexander Calder, Audrey Hepburn, por otro lado, por la gente sencilla que conoció durante sus reportajes. Entre las tomas más icónicas destaca la fotografía de Marilyn Monroe dando pasos de baile a la sombra de un árbol, tomada en el plató de la película de 1960 "The Misfits", la misma en la que Inge conoció a Arthur Miller, con quien se casó en la tiempo justo con la actriz americana.

Inge Morath, Audrey Hepburn en el set de “Los imperdonables”, México, 1959, © Fotohof archiv/Inge Morath/ Magnum Photos

Ya fueran personas comunes o artistas de renombre, su interés siempre estuvo dirigido al ser humano como tal. Su estilo fotográfico tiene sus raíces en los ideales humanistas de la posguerra pero también en la fotografía del 'momento decisivo', como la definió Henri Cartier-Bresson. De hecho, cada uno de sus retratos se basaba en una relación intensa o incluso en un conocimiento profundo de la persona inmortalizada. 

En una sección también se ofrece la serie de curiosos retratos 'enmascarados' nacidos de la colaboración con el ilustrador Saul Steinberg que se remontan a su primer viaje a Nueva York durante el cual conoció la producción artística del ilustrador estadounidense, quedándose entusiasmado con ella.

En la década de 60, Steinberg había comenzado a hacer su propia serie de máscaras y le pidió a Inge Morath que encontrara personas para fotografiar con ropa adecuada para estas máscaras. Los planos tienen en común que están ambientados en la vida cotidiana de Nueva York. 

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